El fenómeno meteorológico que paralizó la ciudad durante 15 minutos no es excepcional, aunque sí lo fuera la virulencia con la que descargó sobre Cáceres. "Son cumulonimbos, nubes muy normales, de 9 a 11 kilómetros de altura con una descomunal carga de agua y hielo, que cuando caen lo hacen en minutos", explicó ayer a este diario Adolfo Marroquín, delegado de la Agencia Estatal de Meteorología. Y así fue. Según los datos recopilados en la estación meteorológica de Cáceres, en la jornada de ayer se recogieron 45 litros, de los que 39 se registraron entre las 21.00 y las 22.00 horas, el momento de mayor intensidad. Los minutos de caos se concentraron entre 21.05 y 21.15: 12,8 litros.

"Ese dato --analizó-- no es un récord histórico, pero sí es un dato muy importante. De hecho cualquier cantidad por encima de los 10 litros es significativa", aseveró. El récord histórico de precipitaciones en 24 horas es de 1922: 56,8 litros.

La célula que descargó en Cáceres son nubes del tipo cumulonimbos, es decir, nubes de desarrollo vertical, que se inician a unos dos kilómetros de altura pero se elevan muy rápidamente hasta llegar a los 11, donde se alcanzan hasta 15 grados bajo cero, lo que favorece la formación del hielo. Son muy rápidas en su desarrollo, "de hecho se formó en las proximidades de Cáceres", explicó; descargan también rápidamente y desaparecen.

¿Se podía predecir un fenómeno así? "No es difícil predecir la fuerza con la que van a descargar. De hecho Cáceres estaba en aviso naranja", recordó. Ese nivel de alerta advierte de la probabilidad de que caigan en torno a 80 litros en 12 horas o 30 litros en una hora. La alerta se mantuvo hasta las 14.00 horas en Vegas Altas, pero se había reducido en Cáceres un grado, a amarillo, lo que advertía de precipitaciones de 10 litros en una hora. Las precipitaciones volvieron a las 19.00 horas, aunque con otra intensidad.