"Para ver la luz, tienes que ser consciente de la oscuridad". Así, nocturna ave fénix, Chloé Bird (Cáceres, 1991) renace con una jugada que respira autenticidad. Aunque consciente de que es sol, pule sus esquinas más sombrías y promete regalarlas en un envoltorio honesto. Sin ornamento y con delito emocional. Sin arrepentimiento ni vergüenza, Darkest corners of my soul sabe a té, a desnudo sincero y a horas para su "apuesta" de largo hoy en el Gran Teatro a las 21 horas dentro del programa del festival Pop art.

--Chloé Bird vuela más alto en este disco, ¿por qué ha decidido hacerlo de noche?

--La vida te ofrece diferentes experiencias. Cuando pasas por una etapa, la música es una forma para alivio y este disco es eso. Es más personal y más íntimo porque ahonda. Siempre he tendido a la oscuridad, está impregnado de melancolía pero tiene ese punto de luz.

--La sociedad es muy reticente a mostrarse con sinceridad, ¿no le daba miedo desnudar sus emociones?

--Muchísimo. No soy ningún personaje y en este disco no he filtrado por necesidad. Es más difícil hacer un desnudo emocional que físico.

--Plantea esto como un trabajo de madurez entonces.

--Así es. Los primeros conciertos estaban a otro nivel. Tenía 21 años y era una primera carta de presentación. Al contrario que en October moon , este disco si tiene una continuidad musical y temática. Es muy honesto, sincero y es muy visceral. No me suelo emocionar con mi propia música, pero con este último si me ha pasado. El primero no lo he escuchado nunca, este si.

--Y cierto es que la crítica fue favorable con su presentación, ¿cómo cree que va a reaccionar ante este giro?

--Lo que quiero es vivir dignamente de mi profesión. Quiero que la gente lo reciba con la honestidad que yo lo he hecho. October moon era lo que yo requería en ese momento. La libertad de que no te puedan encasillar en un estilo de música es una ventaja porque me permite hacer lo que quiera.

--Pero indiscutiblemente tendemos a etiquetar.

--Lo necesitamos. Cuando me preguntan que tipo de música hago, a día de hoy no sé que responder. La gente quiere saber y etiquetar para saber si le interesa escuchar. Soy independiente porque no tengo firma.

--De hecho, cuando empezó la llegaron a catalogar como la Regina Spektor extremeña.

--Para mí es un referente, lo acepto, pero no sé ahora mismo a quién tengo de referente. Durante el proceso de creación he escuchado poca música pero la que he escuchado, la he escuchado intensamente. Ha hecho que el producto sea más puro, ha salido de dentro y no de lo que he ido absorbiendo.

--Aseguraba ayer Javier mariscal en una entrevista que "si te crees la bomba, las cosas te ponen en tu sitio", ¿le da miedo no saber controlar el éxito?

--Llevo poco tiempo y me veo bien. Tengo los pies en el suelo. Aunque me fuese bien no dejaría de echar horas. Si algún día llego a ser algo espero no creérmelo, esto es un trabajo como otro cualquiera con una ventaja, estás haciendo lo que te gusta.

--No es fácil para un artista mantener la humildad.

--Yo creo que más que creérselo hay que currárselo. Soy muy autocrítica. A veces no me aguanto, soy muy perfeccionista, bastante patológica a veces.

--El perfeccionismo, arma de doble filo para el creador:

--Intento dar lo mejor de mí. Me cuesta entender que hay veces que no está en tu mano y tienes que dejar que fluya.

--¿Es este disco más fluido?

--No. Hemos sido muy cuidadosa. Me dejo aconsejar, pero en cuanto a concepto musical lo tenía muy claro, he sido un poco mandona. Si me equivocaba, me apetecía equivocarme sola.

--Ya solo el título, Darkest corners of my soul es perturbador.

--Lo oscuro siempre tiene ese punto de luminosidad, hay estar a gusto con la oscuridad y disfrutarla. Es lo más personal que he hecho. Ha surgido en un momento en mi vida y han encajado todas las piezas.

--¿Y qué esquinas esconde?

--La parte que tiene que ver más con el corazón, la mayoría de la música habla sobre el amor y en este caso no es diferente.

--Esa autenticidad desaparece hoy con las redes sociales que obligan a mostrar una imagen positiva siempre.

--Hay que ser valiente y aprovechar cuando uno está mal. Casi toda la gente es más productiva cuando está peor.

--¿Están los artistas entonces condenados a ser infelices?

--No lo sé, yo espero que no. Es más inspirador pero no puede ser siempre así. Aun así esto es lo más bonito que yo he hecho, es una etapa diferente de crecimiento personal y de autoconocimiento. Es un disco de ruptura para seguir en el camino.

--Los nueve temas se reparten entre inglés, español y francés, ¿en el proceso creativo compone en los tres?

--En español y en inglés. Me sale antes la música que la letra, me considero más música que letrista. La pulsión siempre es más musical, dejo un poco que las canciones que me digan lo que quieren ser. Mi madre es francesa y para Demain en francés, le pedí que escribiese un texto y yo le ponía música. Ella no está nada orgullosa de esto pero se me da mejor el inglés que el francés.

--'En casa de herrero, cuchillo de palo'.

--Ahora me arrepiento, pero cuando tenía seis o siete años cuando mi madre me hablaba en francés le decía que me dolía la cabeza.

--Hoy a horas previas de bautizar a su nuevo hijo en público, ¿cómo se encuentra?

--Estoy extrañamente tranquila, tengo ganas de tocar y de que pase. Tocaremos los siete sobre el escenario y que la gente lo reciba como quiera.

--Actúa en la sala principal entre butacas, ¿cuándo toca en sala le molesta el flash continuo de los móviles?

--Tiene una parte muy negativa y es que no viven el concierto, pero luego lo pasan a los amigos y te hacen promoción. No me molesta en absoluto.

--¿En estos tres años qué es lo más curioso que ha encontrado en una sala?

--Un señor en badajoz llevó todos los recortes de prensa que tenía de mí. Fue encantador

--¿Promete lágrimas hoy?

--Mis padres han llorado. Ojalá la gente se emocione, creo que el disco es sincero, te puede gustar o no, pero no es nada ampuloso, es lo que soy.