Los antiguos puentes del Tajo hoy cubiertos por las aguas del embalse, el parque del Rodeo atravesado por simples caminos de tierra, una masiva manifestación de apoyo a Franco en la plaza Mayor, los viejos sanatorios ya desaparecidos donde nacieron tantos cacereños, Rainiero y Grace Kelly en romántico paseo por la parte antigua cacereña... El fotógrafo Juan Guerrero Ramos inaugura hoy una nostálgica exposición titulada Aspectos del Cáceres desaparecido , con un centenar de imágenes en blanco y negro que recrean la memoria colectiva de los años 50, 60 y 70.

La muestra puede visitarse hasta el 31 de octubre en la casa de hermandad de la Sagrada Cena, situada en la plazuela de Santiago. "Intento plasmar algunas de las imágenes que considero más entrañables, curiosas y socialmente interesantes de mi trayectoria profesional-- explica el autor-. Comencé allá por los cincuenta, cuando Dionisio Acedo me llamó para trabajar en EL PERIODICO EXTREMADURA, donde pasé 20 años. He seguido hasta hoy como fotógrafo independiente", relata.

Juan Guerrero siente especial cariño hacia algunos trabajos, como aquella fotografía del Corpus Christi de 1965 que procesionaba por la plaza Mayor --aún se conservaba el antiguo jardín--, acompañada por el gobernador Trillo Figueroa (padre del exministro), el entonces presidente de la Audiencia, Sánchez Malo, y el alcalde Casto Gómez. Típica estampa de una época que dejó otras imágenes de interés, como las obras de derribo de parte del puente de San Francisco para abrir el segundo ojo --un proyecto promovido por el alcalde Díaz de Bustamante--, o la concurrida concentración de apoyo a Franco en la plaza (1971).

Tampoco faltan las visitas ilustres, como un joven príncipe Juan Carlos en la inauguración de la Casa Museo del Mono; el viaje de los Príncipes de Mónaco a Cáceres en 1974 junto a su hijo Alberto, que lucía una sorprendente cabellera; y la fotografía de Pilar Primo de Rivera durante la inauguración de la residencia Luisa de Carvajal --hoy Centro Cultural San Jorge--, acompañada por el obispo Llopis Ivorra, el alcalde Bustamante y el gobernador Valeriano Gutiérrez en pleno canto del Cara al sol .

Cantantes y actrices

También aparece el cantautor extremeño Luis Pastor en sus inicios durante una entrevista con Jeremías Clemente, actual director de la radio autonómica; una jovencísima Rocío Jurado acompañada de la reportera Nani Bejarano; o Teresa Rabal en el rodaje de El alcalde de Zalamea , en Garrovillas, donde también intervino su padre, Paco Rabal.

Otras imágenes reflejan de modo entrañable el costumbrismo cacereño, momentos que nunca más podrán ser captados por el objetivo: el trajín del mercado de ganado en el parque del Rodeo (el embarque de las ovejas, un gitanillo fumándose un cigarro junto a su burro...); varios niños de los año 70 preparando la hoguera de la noche de San Jorge en un descampado donde hoy se ubica el colegio Josefinas; y los dependientes de la desaparecida ferretería Sobrinos de Gabino Díez de la calle Moret.

Además, la muestra recuerda la entrega de un ancla de la Marina a la Liga Naval de Cáceres, expuesta junto a la Fuente Luminosa; las primeras manifestaciones de los agricultores por el centro cacereño en la etapa democrática, a causa de los precios; y la única ocasión en que el Pendón de San Jorge tremoló desde la torre del Bujaco el día del patrón, a cargo del joven concejal Antonio Hurtado.

Aquellos descampados

Pero sin duda uno de los apartados más curiosos es el de los cambios urbanísticos: la plaza de toros en pleno descampado (se divisa la cerca de los Sánchez , actual residencial La Zambomba); el Rodeo con un simple camino atravesado por un Seat 127 y la fábrica de aceite al fondo; el gran espacio rústico hoy ocupado por el parque del Príncipe; la primera obra de Los Fratres, los sanatorios de Rodríguez de Ledesma y San José...

Tampoco falta el monumento a la legión en la antigua avenida Millán Astray (junto al Rodeo); la ermita del Calvario completamente abandonada; la bella fachada del edificio de Antonio Mijares, en San Antón, un inmueble modernista que también despareció tras La Chicuela; la casa de Hipólito Casares, hoy derribada, que ocultaba la torre de la Hierba; los escombros del mercado de abastos en la plaza Mayor; el derribo de los grandes almacenes de Blázquez en la Cruz; la vieja Escuela Elemental de Trabajo...

Un pequeño resumen de toda una vida tras la cámara que ha convertido a Juan Guerrero en testigo excepcional de la historia cacereña. Nacido en 1934, este profesional de honda vocación continúa día a día con su trabajo, siempre presente en los acontecimientos destacados de la ciudad. Sin embargo, hay aspectos que ya no cambiará. "No pienso entrar en la era de la tecnología digital, lo he decidido. Es cierto que permite un trabajo más rápido en los procesos informativos actuales, pero me quedo con la calidad de la cámara analógica".

También tiene muy claro que, pese a su amplio archivo, nunca editará un libro. "Hay que llamar a muchas puertas y nunca he valido para eso". En cualquier caso, ésta y otras exposiciones anteriores ofrecen una clara idea de su larga y fructífera trayectoria.