Cinco docentes comparecerán este jueves, 28 de junio, ante el juez para declarar por la denuncia de maltrato a una alumna autista en el colegio San Francisco -ahora Ribera de Marco-. Lo harán en calidad de testigos, una semana después de que lo hiciera la directora denunciada por la madre de una estudiante en el aula abierta. Según detallan fuentes cercanas a la investigación, los cuatro profesores y un orientador del centro en el que estudiaba la joven que ha sido presuntamente agredida están llamados a personarse en el Juzgado de Instrucción número 7 -en la primera planta del palacio de justicia-, encargado de dirigir las diligencias del caso, a las 10.15 horas.

La directora denunciada prestó declaración el pasado jueves. Durante algo más de una hora que se prolongó la testifical, la acusada de presunto maltrato negó los hechos, descartó cualquier tipo de violencia física o verbal y alegó que desconocía el protocolo de actuación porque no habían sido formados para actuar en un caso como el de la niña.

La directora ha recibido desde un principio el apoyo del sector docente. De hecho, un día antes de su citación en el juzgado, los profesores de la capital cacereña se congregaron frente al colegio San Francisco y se manifestaron por la dignidad del profesorado en la ciudad y porque se mantenga vigente la «presunción de inocencia». Los padres y madres de los alumnos del centro también han mostrado su apoyo a la directora y destacan que es «un colegio normal» en el que «no hay ni dudas» sobre los docentes. La Ampa subrayó el «perfecto» funcionamiento del aula abierta, clase en la que recibía educación la alumna con trastorno del espectro autista que presuntamente recibió malos tratos por parte de la directora del colegio.

Fue Ana Belén Salas, madre de la alumna y a su vez presidenta de la asociación de familias de personas con trastorno del espectro autista de Cáceres, la que presentó una denuncia por malos tratos hacia su hija en el aula en el que cursaba sus estudios. En un acto público en el que convocó a los medios, denunció los presuntos hechos y mostró unos audios que había recogido en la clase en la que estudiaba su hija días antes con una grabadora que ocultó en la mochila de la niña. La madre y su abogado destacan que los audios son una prueba que muestra un maltrato físico como «tirones de pelo» y «moratones procedentes de pellizcos» y vejaciones verbales como «ahora sí te he pegado porque me pones nerviosa». La directora, por su parte, reconoció su voz en los audios, pero argumentó que las grabaciones se habían descontextualizado.