Cuesta ponerse en la piel de los más de 4.000 cacereños que se han apuntado para acceder a un piso de 60.000 euros. Pero si fuera uno de ellos, seguro que pensaría que alguien ha perdido los papeles en la Junta. Desde que Javier Corominas preside la Agencia Extremeña de la Vivienda, los retrasos en el desarrollo de los proyectos y la improvisación han marcado sus planes. Cinco son los principales errores que comete el Gobierno autonómico, y Corominas en particular.

La falta de transparencia. Desde la segunda mitad del 2004, cuando el Ejecutivo regional lanza su Plan 60.000 , se ha echado en falta que la Junta abriera, a la vista de todos los ciudadanos, un proceso para conocer qué propietarios de suelo están dispuestos a cederlo para construir viviendas públicas y en qué condiciones. Así se podría depurar qué enclaves son los más ventajosos para los peticionarios de pisos por su cercanía al casco urbano o cuáles son los más idóneos para las arcas públicas por razones económicas. Por contra, Corominas ha preferido trabajar en la sombra, estableciendo contactos con los promotores privados sin luz y taquígrafos y dando pie a especulaciones innecesarias.

La improvisación y los cambios de rumbo. Los continuos vaivenes del proyecto marcan su desarrollo desde septiembre pasado. Corominas pone primero en duda que las 3.968 viviendas de El Muelo, planificadas por su antecesora, se puedan desarrollar al invadir una zona de especial protección de aves. Al día siguiente, asegura que "trabajando duro con la Unión Europea" el problema se puede solucionar. Y cinco meses más tarde desestima el enclave. De la misma forma, en septiembre anuncia 1.200 pisos en la carretera de Trujillo y en febrero los desecha. Globalmente, pasa de proyectar 6.855 viviendas a solamente 4.181 en menos de medio año, sin presentar informes que justifiquen el porqué de tal modificación de cifras.

Los retrasos. De aquellos polvos, estos lodos. El inicio de las obras de las viviendas acumulan un retraso considerable, dado que la Junta anunció su proyecto para la capital cacereña el 10 de octubre del 2004 y todavía no ha puesto un solo ladrillo.

La deficiente información a los ciudadanos. Desde hace meses, cuando los 4.000 solicitantes de pisos de 60.000 euros de Cáceres preguntan a la Agencia de la Vivienda qué hay de lo mío , se les remite a promotoras privadas que a duras penas saben dar explicaciones. Todos estos ciudadanos merecen más información y algo más de respeto.

El ninguneo a los promotores de El Muelo. El último episodio del errático desarrollo del plan especial de vivienda es que las promotoras de los pisos de El Muelo se han enterado por los medios de comunicación de que su plan, otrora buque insignia, ha caído en saco roto. ¿Es esta una forma de trabajar?

Justo es reconocer que las actuales promociones de pisos confirmadas por Corominas en El Junquillo, Aldea Moret, La Mejostilla y Charca Musia parecen mejor planificadas que las anteriores. Pero con los antecedentes que tenemos, ¿quien nos garantiza que éste será el mapa de viviendas definitivo?