Hay cosas que solo se piden al Nazareno. Hay vivencias que solo se cuentan al Nazareno. Hay secretos que solo se reconocen ante el Nazareno. Por cinco mil razones como éstas, numerosos ciudadanos acudieron ayer al templo de Santiago para el besapié de la imagen, una talla de reconocido realismo que acompaña las ilusiones y los desvelos de muchos cacereños desde 1609.

El nuevo mayordomo, Eloy Remedios, contabilizó una afluencia de 3.800 personas a las seis de la tarde según las estampas entregadas, y estimó un total de 5.500 según la evolución del tiempo a última hora. Niños del colegio San José, ancianos que accedieron por las rampas especiales, padres con hijos de la mano, hijos con padres del brazo, amas de casa, funcionarios, autónomos con dos minutos libres, jóvenes, el Coro Rociero... Personas de todas las edades acudieron a Santiago desde el amanecer hasta medianoche. «Hay que venir hoy, él nos ayuda todo el año», reveló una estudiante mientras se abrochaba el anorak para salir a la lluvia.

El altar incorporaba los extraordinarios faroles del paso, discretos ramos de rosas, claveles y flores de cera, velas tiniebla y elementos simbólicos de la cofradía. Junto al Nazareno estaba la Virgen de la Misericordia, cotitular, a la que muchos devotos besaron sus manos.