"Cuando decidí regresar a Cáceres en el año 1980 busqué acompañantes para formar un cuarteto, y me costó Dios y ayuda encontrar gente preparada --recuerda el músico y promotor Paco Martín--. Hoy das una patada y salen veintiocho mil chavales que lo saben hacer bien". La capital cacereña se ha convertido en un intenso vivero de nuevos grupos, un fenómeno que comenzó hace cinco años y que en estos momentos mantiene en cartel a unos 50 conjuntos de todos los estilos, desde la tradición celta y las músicas étnicas hasta el rock más reivindicativo, pasando por variedad de fusiones. Viven por y para la música, ensayan varias veces a la semana y disponen incluso de estudios caseros donde sacan sus propios discos. Sólo existe un problema: no tienen lugares donde darse a conocer, y los que triunfan, un escaso porcentaje, lo hacen fuera.

Esta vorágine no es una simple moda. Los productores cacereños consultados por este diario, Paco Martín, de Producciones Artísticas SL, y Charly González, de La Tortuga Producciones (también músico), aseguran que los jóvenes están cada día más preparados en este aspecto y siguen formándose en escuelas y academias. "Su referencia es la gente sincera y humilde que ha llegado arriba porque tiene calidad y se lo curra , como El Canto del Loco, Bebe o Estopa.", afirma Charly González. En cambio, rechazan el fenómeno de Operación Triunfo : "Para ellos no es ejemplo, el programa escoge a la gente que da en cámara. El artista nace, no se hace", opina.

Este boom se ha producido en otras ciudades, pero Cáceres tiene más grupos de los que quizás corresponderían a sus dimensiones ¿Por qué? De entrada, según Paco Martín, las nuevas generaciones se han criado en una época de masificación de todos los sistemas musicales: "Todo el mundo tiene Mp3, hay más centros y escuelas, más cadenas, más posibilidades de comprar instrumentos, de grabar discos...". Para Charly González, "es una ciudad con mucha iniciativa en este aspecto, yo nunca la he visto parada, y últimamente han influido algunos festivales de calidad como el Womad o el Irish Fleadh, que muestran otras músicas y crean inquietudes, pero también la llegada de cubanos, argentinos y otros inmigrantes a la ciudad".

Y es cierto que el folk, por ejemplo, tiene una amplia gama de grupos en Cáceres, desde Beltayne a Los Niños de los Ojos Rojos. Pero el pop-rock es el que más pega con bandas como Esperando a Christine o La Bruja Roja. También los clásicos, especialmente el jazz (Dixieland Jazz Band, La Fusa Jazz Quartet...), o grupos y artistas con estilo propio: Tango Tres o Pilar Boyero.

Desde gratis a 4.000 euros

El abanico de los grupos cacereños es tan amplio como variopinto, y no solo en estilos, sino en presupuesto. Hay artistas que se ven obligados a tocar gratis en locales y festivales para promocionarse en sus inicios, una práctica que los productores critican, "porque el arte se paga", afirma Charly González. En el extremo opuesto están los grupos consolidados que pueden llegar a los 3.000 a 4.000 euros por concierto. Y en el medio, la mayoría de las bandas, que se mueven entre 200 y 400 euros. De igual modo, algunos grupos ofrecen 2 conciertos al año y otros 40. El promedio se sitúa en unos 10-15 directos por la región, la mayoría durante el verano. "El invierno resulta muy duro", recuerda Charly González.

Los inicios son similares en la mayoría de los casos: "Vocación, pura vocación desde muy pronto. Haces de la música tu mundo, encuentras en ella tus