Con la apertura del nuevo templo del R-66, inaugurado en la tarde de ayer por el obispo de la diócesis, Ciriaco Benavente, la ciudad completa su red de iglesias. Esta la integran más de una veintena de templos, entre iglesias, templos parroquiales, ermitas..., dependientes de un total de 10 parroquias.

Tres de estos nuevos templos, el de la Sagrada Familia de Nuevo Cáceres, Beato Marcelo Espínola en el Vivero y Jesucristo Resucitado para los feligreses del R-66, el Arco y la Sierrilla, han visto la luz en los últimos tres años. Y con la ampliación de la parroquia San Juan Macías de La Mejostilla, que se acomete en estos momentos, el obispo de la diócesis considera cubiertas las necesidades de Cáceres.

Así lo indicó ayer a EL PERIODICO, aunque reconoció, no obstante, que pese a que la previsión era concluir las nuevas construcciones con el nuevo templo que ayer se inauguró en la zona del R-66, "probablemente tengamos que pensar en otros nuevos, teniendo en cuenta el proceso en el que se encuentra Cáceres, de crecimiento con nuevas barriadas, y éstas, además, muy alejadas de los templos y parroquias ya existentes".

Tanto Ciriaco Benavente como Severiano Rosado, párroco de San José, parroquia de la que depende el nuevo templo que ayer inauguró y consagró el obispo, se mostraron "sumamente felices". Siempre, indicaron, "es un motivo de alegría y satisfacción abrir una nueva iglesia, templo o centro pastoral, pues supone poder dar atención a todas las barriadas de la ciudad y, en definitiva, el acercamiento a un mayor número de feligreses".

COMPLETA DOTACION Este acercamiento y satisfacción quedó reflejado ayer en la inauguración de Jesucristo Resucitado, un templo que disfrutarán unos 10.000 vecinos del noroeste de la ciudad, muchos de los cuales asistieron al acto de su consagración, en el que también estuvieron presentes el alcalde de la ciudad, José María Saponi, y el subdelegado del Gobierno, Fernando Solís, entre otras autoridades.

Su realización, que ha supuesto un coste de 1,5 millones de euros, la han hecho posible el ayuntamiento, con la cesión de la parcela de 2.400 metros cuadrados en la que se ubica, y las aportaciones de la diócesis y los feligreses. En cuanto a su diseño, obra del arquitecto cacereño Agustín García, destacó éste la singularidad de la forma del templo, "que sorprende a todos porque no se adivina desde fuera el carácter interior del templo, donde la arquitectura materializa los símbolos de lo que es la propia liturgia y donde el altar, de planta circular, es el protagonista absoluto de todo".

Además de la iglesia, de nave central diáfana y sin columnas, el edificio cuenta con diferentes alturas. En la planta baja, con entrada por Isla de Córcega, se encuentra el despacho parroquial, una capilla con acceso desde la calle y las puertas que dan acceso al templo; en la parte trasera están los salones para reuniones; y en la parte superior, con entrada por Islas Filipinas, hay dos viviendas para sacerdotes y una terraza. El centro dispone, además, de espacios para más salones en el sótano, y de un párking con 30 plazas.