En recuerdo de todos los ciudadanos de Cáceres que defendiendo sus ideas fueron víctimas de la intolerancia. Navidad de 1937. Ese es el texto que reza en la pequeña placa de metacrilato blanco que desde ayer rinde homenaje, en la puerta de entrada a la cárcel vieja, a los más de 200 fusilados en las navidades de hace 71 años por el régimen franquista, entre ellos el alcalde socialista Antonio Canales. "Dejaron un ejemplo para todos los de izquierda", aseguró la alcaldesa, Carmen Heras.

Familiares de aquellas y otras víctimas de la guerra civil asistieron al emotivo pero sencillo acto de tributo que reunió, además, a una nutrida representación de la familia socialista cacereña, entre ellos el presidente de la diputación, Juan Andrés Tovar; la presidenta local del PSOE, Emilia Guijarro, y el subdelegado del Gobierno, Fernando Solís. En representación de Instituciones Penitenciarias, asistieron el Subdirector General de Régimen Abierto, Santos Rejas, y el director del centro penitenciario cacereño, Juan Carlos Carrillo.

Antonio Bejarano, arroyano de 88 años, fue el encargado de descubrir la placa como militante socialista de más antigüedad, se afilió en 1947. Algunos de los asistentes depositaron ramos de flores a los pies del recordatorio y extendieron una bandera republicana.

El edificio de la cárcel vieja de la avenida de Héroes de Baler, aún en funcionamiento provisional como centro de inserción social y con un futuro incierto, se convirtió así en un monumento a los caídos. Paradójicamente, la construcción del penal fue promovida por el propio Canales para sustituir la precaria cárcel de la calle Nidos. En sus celdas pasaron sus últimos días los fusilados de aquella trágica Navidad hasta que fueron conducidos al paredón cercano al cementerio, donde hoy descansan en una fosa común, menos Canales.

El jueves por la tarde se cumplirán exactamente 71 años de la muerte de Antonio Canales, el primer alcalde socialista de la ciudad, junto a aquel muro donde un pelotón militar cumplía las condenas a muerte. En su caso, por rebelión contra el Gobierno de Franco, según el sumario 64/36 del Consejo de Guerra. "Fue una injusticia y aquella Navidad del 37 marcó a su familia", valoró Heras. Por eso, dijo, "es justo y necesario recordar su figura y la del resto de fusilados, porque lucharon por la justicia y el progreso social".

PERDON Y NO ODIO La Navidad ha sido siempre una fiesta triste para los Canales. Así lo corroboró uno de los nietos políticos de Canales que asistió al acto y que, en nombre del resto de los familiares congregados y llegados de diferentes rincones de España, destacó que, a pesar de la tragedia, en su familia "nunca se habló de odio, sino de perdón". Calificó, además, de "magnífica ocurrencia" la convocatoria del homenaje.

"Anita siempre hablaba de él, no hubo nunca nadie más importante en su vida que su padre", cuenta José Emilio Méndez. El es el viudo de la hija pequeña de Canales y, por lo tanto, su yerno. Su mujer falleció hace un año. Mientras anda con dificultad por la atrofia de la edad, intenta traer a su memoria los recuerdos familiares de aquel acontecimiento. "Sus vidas nunca volvieron a ser las mismas. Su padre siempre estuvo presente".

Charla unos momentos con otro miembro de la familia, el sobrino de Canales, José Carrasco Canales. Este, a sus 92 años, todavía recuerda que no se enteró de la muerte de su tío hasta siete meses después.

Paradójicamente, él había estado luchando aquellas Navidades del 37 en las filas del bando nacional, el que mató a Canales, junto al hijo de éste, Angel. Pero es que, como tantos otros, ambos se vieron obligados a combatir en uno u otro bando según las zonas españolas donde les apresaban, enviándoles a campos de concentración, o les liberaban durante la contienda.

SEMILLA SOCIALISTA El homenaje terminó siendo un encuentro de sentimientos y recuerdos de testigos y familiares de los protagonistas de aquel pedazo de historia local y nacional que se escribió en la Navidad de 1937 y en las semanas y meses anteriores y posteriores.

En nombre del PSOE, organizador del acto, la joven Ana Solana, de Juventudes Socialistas, recordó que aquellas víctimas murieron "con dignidad y entereza" y que su semilla socialista sigue viva en la ciudad.

La alcaldesa subrayó en su discurso que afortunadamente hoy se viven "tiempos mejores y de libertad", pero que ésta también a veces corre peligro en la actualidad porque "la utilizamos contra el otro". Por eso, este acto, concluyó, es un "agradecimiento" a aquellas personas que supieron cumplir con su papel y su compromiso.