Un turismo, modelo Peugeot, de color oscuro camuflado, fue el elegido por la Policía Local para instalar el primer radar móvil de la ciudad. El coche estaba camuflado y se movía de forma aleatoria por distintas zonas de la capital cacereña, especialmente por aquellos puntos más conflictivos como la avenida de Hernán Cortés, avenida de Alemania, de España o Gil Cordero. El radar estaba apoyado por agentes de la Policía Local para facilitar la persecución de aquellos vehículos que fueran captados cometiendo una infracción de tráfico.