El problema de la romería de Santa Lucía, que se celebra el próximo domingo, no parece tener fin y cada día surge un nuevo escollo. El pasado martes, el Obispado enviaba una nota en la que aclaraba que los coches podían llegar "hasta las inmediaciones de la ermita por el camino habitual para facilitar el transporte de las personas", aunque puntualizaba que luego debían aparcar fuera de la finca. Sin embargo, ayer mismo el Obispado remitía otro escrito en el que afirmaba que "los vehículos no podrán acceder a la finca y deberán permanecer fuera de sus límites, es decir, de la verja que se encuentra a 500 metros de la ermita".

El problema radica en las restricciones que está imponiendo el nuevo propietario de la finca que rodea toda la ermita. Para llegar a ella hay que pasar obligatoriamente por sus tierras, pero se niega a permitir el libre acceso de vehículos (a pie sí se puede pasar) por el camino que se ha utilizado durante siglos. El ayuntamiento afirma que existe servidumbre de paso, pero aún no ha aportado documentos, con lo cual tampoco facilita ninguna solución.

Tras la reunión mantenida hace unos días entre todas las partes, la parroquia de Aldea Moret entendió que podían subir los coches, descargar a sus ocupantes y aparcar fuera, y así se lo transmitió al Obispado, que envío la nota. Sin embargo, el dueño se dirigió el miércoles al Obispado negando ese extremo (sólo permitirá el paso a emergencias y discapacitados). De ahí la nueva rectificación. "En aquella reunión no quedó nada por escrito, esto ya es el colmo", declaró ayer el párroco del barrio, visiblemente dolido y desconcertado.

De todos modos, la parroquia mantiene su misa y procesión a las 12.00, mesa de ofrendas, rifa del borrego, ventas de coquillos y palmas de la mártir, tómbola y juegos en la pequeña parcela que rodea la ermita, propiedad de la Diócesis. También se podrá comer en los alrededores, pero no hacer fuego.