Ni la lluvia ni la jornada laborable impidieron ayer que cientos de padres y abuelos cumpliesen con la tradición de presentar a sus hijos y nietos a la Virgen de la Montaña. Las colas se sucedieron desde las 16.30 horas en la entrada a la Concatedral de Santa María y el templo se llenó de carritos y balbuceos en una imagen más propia de un bautizo multitudinario.

Al comienzo del acto litúrgico del novenario, José Antonio Fuentes, deán del Cabildo Catedral Coria-Cáceres, recorrió la iglesia para bendecir a los pequeños. Niños recién nacidos y otros más mayores fueron desfilando posteriormente ante la imagen de la Virgen que, rodeada de flores amarillas, lucía ayer un manto de raso verde, bordado con hilo de plata, ramas de hojas y frutos y una gran cenefa con ancoras y salvavidas.

Entre los asistentes no faltaron las peticiones y los recuerdos. Adriana, madre colombiana de un bebé de siete meses, pedía "mucha salud" para su hija Dayana, de padre cacereño y nacida en la ciudad. Magdalena Suero, abuela de Eva, de un año, no olvidaba el agradecimiento pendiente a la Virgen tras los días difíciles de madre e hija después del nacimiento. "Ha sido muy emotivo y me ha traído muchos recuerdos", expresó.

Una sonrisa brillaba en el rostro del deán mientras recorría el templo repartiendo bendiciones. "Mi sentimiento es de ilusión, con ganas de aprender de los niños, que son los mejores maestros para los mayores", explicaba. Tampoco faltaron las madres que repitieron. Belén ofreció a Laura, de un año, a la patrona para revivir una tradición que ya disfrutó con David, su otro hijo de cuatro años.

El programa del novenario tiene previsto rendir homenaje hoy a las madres en la misa de la nueve de la mañana. Los cultos se repetirán a las 8, 10, 11 y 13 horas y, por la tarde, habrá también misas a las 17.30 y 18.30 horas. El rosario y la novena será a las 19.30 y la misa solemne y la predicación, a las 20 horas.