La Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados (Fejar), a la que pertenecen una treintena de asociaciones del país, solicita que se regule el acceso y la apertura de las casas de apuestas deportivas. Su aparición en la mayoría de las ciudades en los últimos cinco años ha llevado a que el 46% de los aficionados al juego tenga menos de 25 años. Una cifra preocupante.

El problema principal radica en que muchos de estos establecimientos no solicitan ni siquiera el DNI para permitir el acceso, por lo que no se controla si en ellos apuestan menores de edad. Esto no ocurre en el juego on line, donde sí se exige un registro en el que se solicita este documento y el sistema directamente verifica que esa persona es mayor de edad; aunque, eso sí, cualquiera puede introducir los datos de otra persona que sea mayor de 18 años y engañar al sistema.

Estos colectivos llevan ya años solicitando que se regule asimismo el uso de las máquinas tragaperras, de libre acceso también para cualquiera. "Queremos que para jugar se solicite el DNI de la persona y que la máquina solo se active para los mayores", dice el director técnico de Fejar, Juan José Lama.

El auge de las apuestas deportivas ha cambiado el perfil de los aficionados al juego. Hace cinco años la media eran personas de entre 30 y 40 años pero, actualmente, la mayor parte de estos colectivos atienden a gente de entre 18 y 29 años. De hecho el 20% de los ludópatas actuales son aficionados a las apuestas deportivas o al juego on line. "Atendemos a mayores de 18 años que comenzaron a jugar cuando eran menores. Esto va en aumento y el principal problema ahora son este tipo de apuestas", señala a este diario Juan José Lama.

Sin embargo existe aún un vacío legal en este tema, ya que los colectivos que ofrecen terapias a los jugadores adictos no pueden atender a menores de edad. "Por ley no podemos atenderlos porque por ley ellos no pueden jugar, sin embargo no se controla su acceso a estas casas. Cuando vienen niños con este problema se les deriva a psicólogos", añade el director técnico de Fejar.

Según Lama el primer síntoma que alerta de que el jugador pueda estar empezando a tener una adicción seria es la pérdida de control, "cuando nos planteamos dejarlo y no podemos". Muchas veces no hace falta estar un año jugando para convertirse en ludópata. "El poder de la adicción es mayor que nuestra fuerza de voluntad", añade Lama.