La avenida Antonio Hurtado está de obras. Los trabajos empezaron a finales de febrero y, un mes después, han provocado las quejas de comerciantes de la vía que se sienten perjudicados, sobre todo con respecto a la caída de las ventas y a los problemas para los proveedores. Además, desconocen cuánto van a durar.

Se trata de unas obras de renovación de la red de abastecimiento que está acometiendo la empresa concesionaria del agua, Canal Isabel II, y que no solo afecta a la avenida Antonio Hurtado sino también a otras 15 calles. Concretamente, los trabajos en Antonio Hurtado se sitúan en el lado de los números pares y ocupan una superficie que abarca desde el cruce con la calle Sánchez Manzano hasta la vía Sargento Serrano Leite. Esto ha provocado que la circulación de vehículos se haya limitado, en este tramo, a solo un carril para cada sentido --normalmente existen dos--. Una situación que ha provocado algunas de las principales quejas de los comerciantes de la avenida.

«Ahora mismo estamos a menos del 50% de las ventas habituales. Nos tienen contra las cuerdas», denuncia Rafael Enrique, dueño de la pastelería Dulcelandia, que lamenta que la obra coincida con una época buena para el negocio y no les informen de cuándo estará finalizada. «Si levantan la calle en verano sería bastante menos perjudicial pero en primavera nos hace mucho daño», comenta. Además, si antes de las obras ya no era demasiado fácil aparcar para los vehículos, ahora se ha convertido en misión imposible. «La gente en coche ha dejado de venir e incluso los peatones también han bajado. De hecho, tenemos un sistema que cuenta los clientes que entran a la tienda y, al ver el descenso, desde Madrid nos han pegado un toque», desvela Jessica Montañez, comercial de Orange.

La carga y descarga es otro de los problemas. Juan Antonio Mostazo, de la Carnicería El Túnel, lo padece. «Han habilitado una zona --para carga y descarga-- en la calle Sánchez Manzano, pero desde allí hasta aquí son 60 o 70 metros andando que los proveedores tienen que recorrer cargando con las canales de ternera al hombro, que pueden pesar hasta más de 100 kilos», confiesa este comerciante, que está sufriendo «pérdidas de en torno el 20% de las ventas». Como el propietario de la Carnicería El Túnel, en la tienda Impacto también sufren las molestias de la zona de carga y descarga. «No pueden aparcar debidamente ni tampoco parar en doble fila. Tenía que haber recibido mercancía a últimos de febrero y ha tardado tres semanas más en venir, teniendo que aparcar en el Rincón de Julio», comenta Sandra Casas, dependienta.