Dos grafiteros han sido condenados a pagar una multa de 2.790 euros cada uno por dañar con pintura las fachadas de cuatro establecimientos de la avenida de España, a los que también deberán indemnizar con un total de 2.142 euros. La sentencia del Juzgado de lo Penal fue dada a conocer ayer por la Asociación de Empresarios del Comercio de Cáceres (Aeca), que se personó como acusación particular en el juicio, y marca un precedente ya que supone la primera condena efectiva por vandalismo en locales del centro tras las denuncias sin éxito de los empresarios en los últimos años. La resolución considera que son responsables de un delito continuado de daños, condenándoles a 15 meses de multa a razón de seis euros diarios.

"Es una sentencia ejemplar. Era lo que buscábamos", expresó ayer satisfecho Pedro Rosado, asesor jurídico de Aeca, que recalcó que esta organización seguirá acudiendo a los tribunales para perseguir a los autores de delitos de esta naturaleza. La resolución, con fecha del pasado 28 mayo y que puede ser aún recurrida, considera probado que los dos condenados --José Luis G. Ñ. y Carlos Alberto P. D., ambos de 21 años--, realizaron "numerosas y distintas pintadas (anagramas y firmas) en fachadas y persianas de varios establecimientos de la avenida de España" durante la madrugada del 27 de noviembre del 2004.

Según la tasación de los peritos, los jóvenes causaron daños en el edificio de las Hermanitas de los Pobres por importe de 1.030 euros; de 450 en la joyería Jambor; 415 en Solmanía y de 247 euros en la perfumería Marionnaud, todos en la acera de los impares de la avenida de España. Aunque la asociación de comerciantes reclamaba daños en un total de 34 negocios por un importe total de más de 175.000 euros, el juez argumenta que no se ha podido probar que los condenados fueran también los responsables de las pintadas que aquella misma madrugada aparecieron en establecimientos de las calles Moret, Pintores, San Pedro, San Antón y los primeros números de la avenida de España. Añade que cuando la policía llegó al lugar solo pudo detenerles a ellos, ya que el resto del grupo --la sentencia habla de hasta nueve personas en total-- se dispersó, sin poder identificar a todos sus miembros.

LA CLAVE Pero lo más llamativo de la sentencia es el reconocimiento de la autoría de las pintadas realizadas en Jambor gracias a la grabación de su cámara de seguridad instalada en la esquina de la calle Rodríguez Moñino, elemento clave para determinar los grafitis en el resto de establecimientos de la avenida. Según recoge la sentencia, todas se efectuaron con pintura de color rosa y con los anagramas Karls y Chechen , apelativos con los que, según los informes policiales, eran conocidos Carlos Alberto P. D. y José Luis G. Ñ., respectivamente, en los ambientes grafiteros. La prueba más contundente, añade la resolución, fue que ambos presentaban restos de esa pintura cuando fueron detenidos en el interior del colegio Prácticas, donde se refugiaron para huir de la policía.

La sentencia añade que es "probable" que aquella madrugada actuaran en la misma zona varios grupos de grafiteros ya que, a diferencia de los anteriores, en negocios afectados en San Antón, San Pedro y Pintores las pintadas se realizaron sobre los cristales de los escaparates "con pintura gris o blanca al ácido", mucho más dañina que la pintura rosa utilizada por los condenados ya que obliga a su reposición al ser inviable la limpieza.

Al no poder acreditarse la autoría en estos casos, el juez absuelve a los condenados del resto de delitos y faltas que Aeca solicitaba. El ministerio fiscal, por su parte, había pedido una multa de 4.380 euros para cada uno.