El comercio cacereño se mantiene estable. Al menos así lo hacen saber los empresarios de las dos arterias comerciales por excelencia en la capital, Pintores y San Pedro de Alcántara, que aseguran que la campaña de rebajas ha mantenido la tendencia del año anterior.

Eso se traduce en dos meses de ligero equilibrio para los propietarios de los establecimientos que, aunque sostienen que la inclinación es positiva, prefieren mostrarse prudentes a la hora de aventurar un gran crecimiento a largo plazo. Reconocen una mayor afluencia de clientes que se atreven a cruzar el escaparate, no obstante, manifiestan que aún son reacios a la compra rápida y comparan más los precios.

En cuanto a las ganancias por meses, el pequeño comercio coincide en que el inicio de julio es más benevolente que todo agosto, mes en el que "Cáceres se queda vacío", manifiesta María Barral, propietaria de la tienda de moda Yokana.

Por zonas, en Pintores, Sebastián Avís, propietario de Solera, asegura que "la gente viene más" y declara que la clientela ahora está más repartida entre los establecimientos, cada vez más numerosos en la calle. Más optimista se muestra la otra arteria comercial de la capital cacereña, San Pedro de Alcántara, donde según los comerciantes, la peatonalización ha sido clave junto a las rebajas para que comenzara a crecer la demanda de clientes. Al respecto, María Barral, propietaria de Yokana asegura que ha notado "un ligero repunte" y sostiene que este verano será un punto de inflexión para que las ventas se incrementen de manera exponencial.

ESTRATEGIAS Más allá del periodo de rebajas, otra cuestión en la que coinciden los comerciantes para fidelizar a la clientela tras hacer balance del verano es la organización de eventos conjuntos para atraer a los cacereños a las tiendas. Conscientes de la necesidad de reactivar la economía, los empresarios proponen descuentos o sorteos como alternativa a la falta de interés de un público poco a poco pierde el miedo a comprar.