El número de empresas de la capital cacereña crece, pero de forma moderada. Incluso algunos sectores como la hostelería pierden actividad y negocios, y falta personal cualificado. Así se desprende del último balance de licencias empresariales realizado en el 2005 por la Cámara de Comercio e Industria. Si en el 2004 se contabilizaban un total de 7.159 licencias en todos los sectores (fue un gran incremento respecto a las 6.184 del año anterior), en el 2005 este número se elevó a 7.295, es decir, poco más de un centenar. Los motores de la economía local siguen siendo tres: comercio (copa el 40% del total de negocios), hostelería y construcción.

Según fuentes de la Cámara, este incremento revela el equilibrio del desarrollo de los servicios. Pero aunque existe un leve crecimiento, los empresarios no están satisfechos: "Tenemos más de lo mismo y cada vez más débil", lamenta Pedro Rosado, secretario de la Federación Empresarial Cacereña (FEC), que considera "realmente inquietante la práctica inexistencia de industria, la situación de un comercio cada día más flojo, los problemas de una hostelería donde es casi imposible abrir un negocio por las trabas administrativas, y la construcción, que no va a ser siempre la panacea", precisa.

El comercio se alza como el gran pilar de la economía cacereña, con 2.759 licencias del total de 7.295 registradas. Pese a su importancia, solo creció en diez licencias respecto al año anterior. "El sector evoluciona poco y toma un camino que nos preocupa por la pérdida de calidad en el producto y en la atención", explica Pilar Jiménez, presidenta de la Asociación de Comerciantes Pintores-Monumental. La empresaria se refiere a la proliferación de bazares y tiendas de todo a 100 , y echa de menos "un comercio que se oriente hacia grandes firmas, negocios especializados de calidad, con mejor servicio, escaparatismo, mobiliario y diseño". ¿La razón? "No lo sé --continúa--, quizás esas iniciativas necesitan mayor inversión y el cacereño es poco emprendedor". Pese a ello y a la fuerte competencia oriental, asegura que el comercio local se esfuerza en mejorar, obtiene beneficios y el centro sigue recuperándose.

POCA CALIDAD Y ETICA Pedro Rosado también señala que "hoy por hoy la economía cacereña depende de un comercio que se debilita y de una construcción muy local. El primero se enfrenta además a dos problemas: las nuevas licencias se vinculan en su mayoría a pequeñas tiendas de conveniencia (multitiendas) y de todo a 100 y, además, el fuerte proceso de concentración empresarial está acabando con el comercio autóctono. Ocurre en alimentación, donde sólo queda Tambo, o en textil, donde proliferan las franquicias, que tampoco son la solución", declara.

Jesús Avila, presidente de la Asociación de Comerciantes San Pedro de Alcántara, lamenta además "la falta de compañerismo" del profesional. "Pese a que existen cuatro meses de rebajas, un exceso en mi opinión, muchas tiendas simulan reformas y cambian una o dos estanterías para poder lanzar ofertas en otros periodos. En el 70% de los casos es un engaño", critica. De hecho, según sus datos, "aproximadamente la mitad del comercio no respeta las rebajas de una u otra forma, y al final nos perjudicamos todos". Esta política de trucos , rebajas y ofertas "no es buena para la evolución del sector", advierte.

HOSTELERIA: TRES ESCOLLOS El ramo de hostelería y restauración tiene un horizonte más sombrío. El número de licencias cayó de 892 en el 2004 hasta 836 en el 2005, si bien en el 2003 había experimentado un fuerte incremento de casi 200 negocios. ¿Qué está ocurriendo? Según César Martín, presidente de la Asociación de Empresarios Cacereños de Hostelería y Turismo, las razones son tres: "La estricta ordenanza de ruidos que daña gravemente al sector, la pérdida de dignidad del oficio y la escasez de profesionales cualificados, que hacen muchísima falta". Según Martín, pese al convenio, los sueldos y las ventajas de la hostelería (comida gratis, jornada continua...), "la gente ya no trabaja en el sector, sobre todo porque no quieren empleos que incluyan el fin de semana". Con estas premisas "nadie se atreve a abrir un bar", asegura. Rosado agrega que la licencia municipal tarda hasta dos años.

No obstante, los empresarios sí destacan la apuesta de la hostelería cacereña por la calidad. La Cámara recuerda, además, el boom que viven los hoteles, con diez proyectos sobre la mesa.