Cánovas se llenó ayer de los "alimentos de toda la vida, los que consumían nuestros familiares mayores", según explicó Juan Jesús Collado, presidente de la Asociación de Empresas Ecológicas de Extremadura, Emprecoex. Y ya el primer día fue un éxito: se vendieron 5.500 tiquets, un poco más que en el certamen anterior.

Seguramente muchos no sepan en qué consisten los productos bio : "un producto ecológico es lo que había antes, lo que hemos conseguido con el tiempo es envenenar con productos químicos esos alimentos que antes cogíamos". La agricultura ecológica es, por tanto, todo lo contrario a la convencional: "es mucho más saludable y pretende cuidar el medioambiente", explicó Juan Jesús Collado.

En cambio, parece contradictorio el hecho de que el movimiento ecológico haya nacido precisamente de los propios consumidores. "La gente comenzó a darse cuenta de que los productos que consumía no eran sanos, sobretodo cuando empezaron a escucharse episodios como el de las vacas locas. Se percataron de que la producción ha sido copada por un espíritu mercantilista que va en contra de nuestra salud", contó Collado.

Pero, ¿cambia el sabor? Según cuenta el presidente de Emprecoex el gusto es "totalmente diferente". Esto se debe a que el producto ecológico no tiene abonos nitrogenados, que enmascaran los sabores de los alimentos, "en la producción ecológica los tomates saben a tomates y las peras saben a peras", dijo. "¿Cuántas veces hemos visto en un mercado una manzana muy vistosa y cuando la hemos comido no nos ha gustado? Eso ocurre porque se abusa de los productos químicos que pueden mejorar el color pero no el sabor", explicó.

Ese gusto fue lo que intentaron mostrar ayer los 22 empresarios que se instalaron en el paseo de Cánovas. Entre los expositores podía probarse el aceite de oliva virgen ecológico de la empresa cacereña Jacoliva , su gerente Justino Corchero, explicó que "la distinción se encuentra en el cultivo de la aceituna, que hace que el resultado final sea de una calidad extraordinaria".

El bombón de almendra relleno de crema de avellana y chocolate, fue otra de las delicatesen que los cacereños pudieron llevarse ayer a la boca. Esta delicia golosa es única en el mercado europeo y la fabrica Bioterra , una empresa pacense, que produce todo tipo de frutos secos, especialmente almendras, avellanas, piñones y nueces.

Y ¿cómo no? un trago de vino, como el que ofrecían las viñas ecológicas de Viña Placentina , "su sabor es diferente porque no está enmascarado con productos químicos y está mucho más estructurado, el gusto es mucho más intenso", explicó su enóloga, Ana González. En este estand hubo ayer, además, un taller de cata de vino joven y crianza.

La producción cárnica, aunque no se dejó ver en Cánovas, sí está presente en la muestra, ya que diez restaurantes ofrecen entre ayer y hoy menús ecológicos. Según explicó la responsable de Calidad de Jamón y Salud --empresa afincada en Llerena y que ha proporcionado sus productos a los restaurantes participantes en esta feria--, María José Contreras, "la carne ecológica es mucho más jugosa porque los animales que la producen no están cebados y se alimentan de productos del campo, es como si volviéramos a la antigua ganadería, a la ganadería del campo".

Collado añadió que "en la ganadería convencional, los animales se alimentan con hormonas y con eso lo que se consigue es que al final se venda agua en lugar de carne".

La agricultura ecológica es poco popular entre los consumidores extremeños, aunque, en cuanto a producción, las empresas de la región ocupan el tercer puesto a nivel nacional. Sin embargo, en Europa este tipo de alimentos están normalizados. "Ahora mismo es tan popular que los grandes mandatarios como la señora Obama o el príncipe Carlos tienen sus propias cosechas ecológicas", contó Collado.