Puesto que el ayuntamiento ha decidido que la banda municipal (no te enfades Pedro, no os voy a llamar Los Gorriatos), actúe en los barrios, el domingo le tocó al mío. No sé si nos juntaríamos más de 20 personas. Si de verdad se desea que la banda tenga audiencia habrá que planificarlo. Primero haciendo la publicidad necesaria. ¿No se pueden colocar carteles? Para más escarnio, la concejala se ve obligada a buscar utensilios de limpieza para que los pantalones de los músicos no sufran desdoro por la suciedad de las sillas. Que serían propiedad de algún bar, supongo. ¿Esa es la misión de la concejala de Cultura, o planificar y prever?

No parece que hayan tenido en cuenta la opinión de los músicos; prefieren el Bombo y así lo pusieron de manifiesto con su repertorio. Nos obsequiaron con ´La Campanera´. En Cánovas, según su director, hubiera tocado ´Agua, azucarillos y aguardiente´. Eso sí, el presidente de la barriada estaba orgulloso. Y hasta confraternizó con los músicos. Y con la concejala. Dentro de unos días le tocará a otro barrio y a otro presidente pasearse ante la concurrencia. Ojalá sea más numerosa, será señal de que las cosas se hacen bien, que es lo que deseamos. La verdad, nadie entendería que el Cacereño jugara cada semana en un campo de una barriada. Tiene su sitio.