Primero robó la llave de la casa en el domicilio de su suegra, luego esperó hasta la madrugada en el desván hasta que su mujer, de la que se estaba separando, llegara a la vivienda y cuando esta lo hizo, la amenazó con un cuchillo de monte y así consiguió violarla dos veces. La Audiencia Provincial ha condenado por estos hechos a Jerónimo R. D. a una pena de 15 años y 8 meses de prisión por un delito continuado de violación, dos de allanamiento de morada, una falta de hurto y otro de quebrantamiento de condena, según una sentencia hecha pública ayer y contra la que cabe recurso.

Además, el imputado tendrá prohibido acercarse a menos de 300 metros de su exmujer, con la que estuvo casada 20 años y con la que tiene tres hijos, durante 26 años y ocho meses.

Precisamente cuando ocurrieron los hechos, la madrugada del 18 de febrero del 2007 en Casas de Millán, el hombre ya estaba quebrantando una orden de alejamiento anterior impuesta en una sentencia condenatoria por maltrato familiar y amenazas a su mujer.

AGRAVANTE DE PARENTESCO El tribunal ha estimado como agravantes el parentesco y el uso de un arma --un cuchillo de monte de un palmo de longitud-- para amedrentar a su víctima. De hecho, llegó incluso a producirle una herida en el cuello. En cambio, no ha considerado la eximente de consumo de alcohol.

Las dos agresiones sexuales se produjeron la misma noche, con un intervalo que el violador aprovechó para fumarse dos cigarros. La primera fue en el dormitorio. Cuando ya estaba en la cama, entró en la habitación y amenazándola con el cuchillo le arrancó el pijama y la violó.

La mujer salió al salón solo con la blusa del pijama y el procesado la siguió. Sin permitir que se marchara, él se sentó a fumarse dos cigarros, siempre con el cuchillo al lado, tras lo cual le dijo que "le apetecía otra vez". Ella se tiró al suelo y trató de evitarlo, pero él volvió a penetrarla vaginal y analmente.

Las pruebas de ADN, además del testimonio de la víctima, han sido fundamentales en la imposición de la condena. Las muestra extraídas de las colillas del salón y del desván, donde se fumó otro cigarrillo aguardando a la mujer, correspondían al acusado, así como las que se tomaron en el cuerpo de la víctima, la ropa y la cama.

La pena impuesta es sensiblemente inferior a la solicitada por el fiscal, que pedía 33 años de prisión al considerar que había cometido dos delitos de violación por los que solicitaba 15 años por cada uno y el resto por los otros delitos. El tribunal ha considerado los hechos como delito de violación continuada. La mujer rechazó ser indemnizada.