Un ciudadano portugués, J. F. G. S., de 52 años, ha sido condenado por la Audiencia Provincial a dos años y cuatro meses de prisión por un delito continuado de estafa y a 12 meses de prisión por un delito de hurto, en ambos casos "con la concurrencia de la agravante de abuso de confianza".

El condenado, entre marzo y abril de 1997, imitó en dos ocasiones la firma de la mujer con la que vivía en Logrosán y sacó de su cartilla de ahorros 120.000 y 150.000 pesetas respectivamente. Además, en otra ocasión, siendo conocedor de que su compañera guardaba dinero en la casa, se apropió de 280.000 pesetas.