Su fortuna, entre las mayores del país, suma cientos de millones de euros, un legado que no se oculta ni acumula en herencias privadas dentro de palacios, un legado abierto a la sociedad, un legado que quiso destinar a la formación de los jóvenes, al impulso de la ciencia (especialmente la Neurociencia), y al estudio y cuidado de la naturaleza, entre otros fines siempre útiles a los demás. Así era Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno (1923-2012), más conocida por su título de Condesa de Torre Arias con Grandeza de España, rancio abolengo que nunca le impidió ser una mujer adelantada a su tiempo y generosa..., muy generosa.

Fue la propia Tatiana quien creó la fundación tras la muerte de su marido en 2003. Ella falleció en 2012. Se cumplió así su deseo de destinar su fortuna a una entidad que conservara unido el patrimonio familiar y lo hiciera rendir en beneficio de la sociedad. Aunque la fundación tiene su sede en Madrid, concede a Cáceres una importancia singular por estar estrechamente vinculada a la historia de su fundadora y su familia.

De hecho, el patronato de la fundación contribuye a la formación de aquellos jóvenes nacidos en Cáceres que cursen sus estudios de doctorado en la Universidad de Extremadura, y de los jóvenes que desarrollen su labor investigadora en Cáceres. Concretando este compromiso, la fundación mantiene un ‘Proyecto de Ayudas para Jóvenes Investigadores’ en esta ciudad, con un presupuesto destinado a becas predoctorales de 385.000 euros para los primeros cuatro años.

La condesa también valoraba el creciente protagonismo de la mujer en la ciencia pese a las trabas, y en esta línea la fundación ha creado el ‘Premio Julio Peláez para Mujeres Pioneras de la Física, la Química y las Matemáticas’, dotado con 12.000 euros.

Palacio, hotel, fincas...

Asimismo, es misión de la fundación la restauración del patrimonio familiar de Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno y su conservación sostenible en el tiempo, siempre con la finalidad de que sea de utilidad a la sociedad, mediante la investigación artística y científico-histórica de su legado.

En cumplimiento de esa misión, la fundación abrió el Palacio de los Golfines de Abajo como museo en 2015. Se trata del mayor monumento de la parte antigua, terminado de construir en el siglo XVI por Sancho de Paredes Golfín (camarero de Isabel la Católica), y recientemente rehabilitado. Estos trabajos, de varios años de duración, han sido realizados con fondos propios de la fundación, sin subvenciones, pero con colaboración institucional sobre todo del ayuntamiento. El proyecto museístico ha corrido a cargo de expertas de la Universidad de Extremadura: Pilar Mogollón, Rosa Perales, Teresa Terrón y Mª Antonia Pardo. Los trabajos han permitido que todas las personas puedan disfrutar de uno de los palacios más emblemáticos.

En esta línea se rehabilitó también el Palacio de Arenales, residencia estival de los Golfines, convertido hoy en el hotel Hospes Palacio de Arenales & Spa. Además, la fundación continúa restaurando su patrimonio histórico en Cáceres, como la Casa Fuerte de Corchuelas y diversas fincas rústicas.