Es la zona con mayor cantidad de accidentes de tráfico y atropellos de la ciudad. El punto negro para los peatones. La avenida de la Hispanidad dejó la noche del jueves otro suceso más que añadir a su largo historial de imprudencias que lamentar. Dos hombres de 21 y 36 años fueron atropellados por un turismo a la altura de la calle México en la que el vehículo se dio a la fuga. El impacto les causó múltiples policontusiones y tuvieron que ser trasladados al hospital San Pedro de Alcántara con un pronóstico no grave, los heridos recibieron el alta médica la misma noche.

La policía está investigando lo sucedido y permanece en la búsqueda del conductor que se dio a la huida tras provocar el accidente. Los hechos se produjeron a las 22.55 horas de la noche del jueves, según apuntó el Centro de Emergencias 112.

Los vecinos denuncian que no hay radares fijos, ni semáforos suficientes en grandes tramos a lo largo de la vía, además añaden que existe una falta de regulación del tráfico notoria en la que los coches circulan a una gran velocidad aunque la zona está limitada a 30 kilómetros y el cruce de peatones se vuelve algo más que misión de riesgo incluso a través de los pasos de cebra señalizados con iluminación extra. Varios residentes aseguran que han estado a punto de ser, en más de una ocasión, víctimas de un percance serio por la temeraria conducción de los vehículos.

«Los atropellos siempre suelen darse dentro de los pasos de cebras, no hay ningún semáforo y tampoco se dispone de ningún radar fijo, solo de forma puntual colocan un vehículo móvil en la vía y sancionan abundantes conductores que circulan a gran velocidad, pero una vez que se quita estamos otra vez expuestos a sufrir una desgracia», explicó José Antonio Antequera, presidente de la asociación de vecinos Llopis Ivorra. «Los peatones cuando pasa por la avenida de la Hispanidad tiene bastante miedo», aseguró Antequera.

Asimismo, transmitió la comunidad de vecinos de la barriada Espíritu Santo que por la noche algunos árboles mal podados tapan, aunque no de forma completa, parte de las farolas, dificultando la visibilidad de los turismos que circulan sin percibir la luz adecuada sobre el acerado. «Más luminosidad en las calles dado que las ramas de los árboles tapan las luces y no se ve absolutamente nada», dijo María Esperanza García, vecina del barrio. De este modo, la policía, dicen los vecinos, se limita a acudir dos días a la semana para vigilar la salida de los niños del colegio Donoso Cortés. Un despliegue que se consideran insuficiente. Los residentes del barrio Llopis Ivorra concuerdan en la necesidad de que el área sea dotada con sistemas eficientes de regulación de velocidad, para que cese ya de una vez el número de accidentes y los ciudadanos puedan transitar con seguridad esta vía urbana de la capital cacereña.