"Era muy querido en el centro", acertaba a decir ayer consternado Ramón Gómez Pesado, director del instituto Agora, donde Manuel Grajera desempeñaba labores administrativas desde el año 1986, en la actualidad de baja temporal por problemas de lumbalgia. "Fue un ejemplo de cómo adaptarse a los nuevos tiempos desde la secretaría del centro con los avances tecnológicos", recordaba este responsable, que ayer se pasó toda la jornada dando aviso al personal del instituto de la muerte. El cazador fallecido también era muy conocido en la capital cacereña, apuntó el director del instituto, por su otra faceta como guía turístico.