El sector de la construcción y el ayuntamiento se reunieron ayer en un momento decisivo en la definición del futuro diseño de la ciudad con el nuevo Plan General Municipal (PGM) de urbanismo. El documento está en la Junta, que debe decidir sobre su aprobación y sobre qué propuestas del plan se tienen que variar. La presidenta de la federación de la construcción, Pilar Acosta, dijo tras la reunión de media hora que mantuvo con Carmen Heras que había trasladado a la alcaldesa "la necesidad de no parar" en la tramitación del plan general. Y reflexionó que tampoco se puede hacer un recorte excesivo por parte de la Junta en las previsiones del plan porque "estamos en un momento de ajuste en el sector y no podemos estar con la incertidumbre" de si se podrá edificar en el terreno adquirido por las empresas del sector.

El plan general es un documento tan importante que condiciona todo lo referido al crecimiento de Cáceres. El plan se revisa pasado unos años desde su entrada en vigor y actualmente está en revisión el plan general que se aplica desde 1999. Esa revisión se aprobó en su fase inicial y provisional por el gobierno del PP en el ayuntamiento. Queda la definitiva, que depende de la Junta, que es la fase en la que está. Desde mayo hay un nuevo gobierno con el PSOE al frente y que se apoya en dos partidos: en IU, que pretende una alteración en profundidad del documento que aprobó el PP y que se envió a la Junta, y en FC, que no quiere que se pierda otra legislatura debatiendo sobre el plan general.

La Junta, que tiene la última palabra, debe velar por la legalidad del plan aprobado provisional y decidir si lo ratificará, si lo rechaza o qué variaciones habría que realizar para su aprobación. No hay nada oficial, pero desde la Junta se ha apuntado, primero en agosto y luego en octubre, que cuestiona la cifra de viviendas y la obtención por el ayuntamiento de grandes zonas de suelo verde en Montaña y Sierrilla a cambio de compensar a sus propietarios con uso lucrativo (edificabilidad) en otras zonas. No ha especificado aún qué se debe recortar de viviendas y suelo a obtener en Montaña y Sierrilla y qué legalidades se incumplirían, pero sí pone en duda dos de las bases del nuevo plan general.

SITUACION DEL SECTOR En este contexto se produce la reunión entre Acosta y directivos de la federación y Heras. Acosta salió con la idea de que habrá un recorte en la cifra de los pisos previstos (33.000 a medio plazo --de 15 a 20 años--) y en los sistemas generales (los suelos de Montaña y Sierrilla) y de que la revisión del plan general no se aprobará por la Junta hasta dentro de un año. "Tener que esperar un año es mucho" y no puede haber un parón "tal y como está ahora el sector", precisó Acosta, quien además apuntó que hay que tener cuidado "con las líneas que estaban pintadas en la aprobación inicial del plan, que no se caigan demasiado porque la implicación económica sería brutal". Acosta insistió en que el sector "no se puede permitir pararse y más por decisiones políticas" vinculadas al PGM.

Heras recordó ayer que no hay nada definitivo sobre recorte en la cifra de viviendas y de los sistemas generales y que lo único que hay son las declaraciones de hace dos semanas del consejero José Luis Quintana cuestionando ambas previsiones. La alcaldesa apuntó que Quintana se refirió a cuestiones con las que no estaría de acuerdo y que habría "fórmulas" para llegar a una solución que no suponga un rechazo del plan y un retraso excesivo en su tramitación. Heras insistió en que se intenta que el nuevo plan general no se demore.