Abelardo Martín, director gerente de la constructora que está edificando la urbanización (Iniexsa), afirmó ayer que no se trata de una cañada real, sino del cordel de merinas que continúa hasta Casar. "Las obras se ajustan al plan de urbanismo, por ello cuentan con todos los permisos administrativos", dijo.

El gerente aclaró que un cordel tiene una amplitud de 35 metros, "aunque de todos modos no realizaremos ninguna edificación en los 75 metros que ocuparía una cañada", indicó. Sí habrá un nuevo vial público, pero según Martín este uso es "perfectamente compatible" con un cordel. "De hecho, la rotonda del V Centenario, la subida al club de tenis o la Castellana madrileña son cordeles y se respetan", señaló.

Según el director, "la documentación avala que se trata de un cordel, lo que ocurre es que en 1942 hubo un intento de convertirlo en cañada". También afirmó que las vallas serán retiradas en cuanto concluyan las obras.