"No hay riqueza sin educación y salud". Esta afirmación es del nuevo Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales, el catedrático estadounidense de Economía Paul Krugman. Siguiendo esta creencia y la pura estadística, podría decirse que Cáceres está en camino de lograrlo. Sin embargo, ese optimismo no se refleja en el sentir de la calle. Representantes de varios colecti-vos responden: ¿se nota un mayor nivel económico en Cáceres?.

"En el bolsillo del ama de casa se nota poco, sobre todo desde la llegada del euro: los euros cunden poquísimo. Por eso pienso que no es tanto como dicen las estadísticas. Sales con dinero y no te da para nada, también cuesta más ahorrar. Yo no creo que tengamos más, sino que nos endeudamos más. Eso se ve por los gastos, por las hipotecas, porque los sueldos apenas han cambiado. Es difícil que hayamos mejorado mucho, al menos en la calle no se detecta si escuchas a la gente".

"Pienso que, en cierta medida, sí se nota que la gente tiene más dinero. El bajón de los tipos de interés permite comprar más, aunque en el tema del taxi se note menos y este sector cada vez baja más: los autobuses llegan a más sitios, la gente dispone de más coches... Cuando tienes que esperar para comer en un restaurante, eso es que a la gente le va bien. Se percibe más dinamismo en la ciudad que hace 10 años y en el turismo. También parece que hay más bares, más tiendas, y la gente se mueve más, aunque no en taxi".

"Todo lo contrario. Que Cáceres ha aumentado su bienestar es indiscutible, e incluso se ven más viviendas usadas vacías porque se compran viviendas nuevas. Sin embargo, ese bienestar no significa que haya una mejor economía: no se han abierto diez fábricas, ni se ha eliminado el paro. Ese es el barómetro. Mientras que haya empresas como la Waechtersbach, en la que los trabajadores tienen que reducir su jornada para mantener su empleo, la economía no va bien. No me creo que estemos mejor y ese crecimiento es ficticio. La gente pide préstamos para irse de vacaciones, eso quiere decir que el poder adquisitivo no ha crecido".

"Son estadísticas, no se puede decir que haya un crecimiento real, y menos en el comercio. Una cosa es que aumenten las licencias a que lo hagan las empresas. La misma empresa --por ejemplo, una gasolinera-- puede tener cinco licencias, según los productos que vende: bebidas alcohólicas, pan, gasolina... Sí se puede afirmar tajantemente que el comercio autóctono ha decrecido y tampoco creo que la ciudad haya crecido económicamente. A mí me preocupa del 2003 en adelante, ya que la actividad empresarial se está enfriando en la ciudad y no aterrizan empresas punteras, además se carece de suelo industrial para que se instalen y se pierden muchas oportunidades. Si se materializan las mejoras en comunicaciones (autovías, trenes,...) quizás anime a las empresas. No quiero ser negativo, pero tampoco tan positivo, porque los números vistos así parecen otra cosa, ojalá, pero no".

"El crecimiento en ciertos indicadores, como teléfonos, automóviles..., no siempre significa que aumente el nivel de renta, sino que puede traducirse en un incremento del endeudamiento de las familias. Esta semana el Banco de España alertaba del nivel de endeudamiento al que habían llegado los hogares españoles, sobre todo en materia de vivienda, ya que los intereses pueden volver a subir y eso supondría la ruina de muchas familias. Hay que tener mucho cuidado y no conceder tan fácilmente los préstamos. Está claro que el endeudamiento oscurece hoy ese crecimiento. Además, ¿cómo se distribuye la renta? ¿quiénes son los que compran? La impresión es que aumenta sólo en el conjunto de un estrato social, por lo que hay una distribución desigual de la renta: los que tienen más son los que más consumen, y eso no llega a toda la población".