Una de las novedades de la nueva concesión del servicio municipal del agua, que se iniciará el 1 de agosto, será un mayor control en la revisión y renovación del parque de contadores. En el borrador de reglamento del servicio se recoge que ningún contador podrá estar instalado más de 8 años, pasado este tiempo se deberá desmontar para proceder a su reparación. Si su funcionamiento es correcto, se podrá continuar utilizando, pero tras una segunda reparación general y periódica será obligatorio que quede fuera de servicio, siendo necesaria su sustitución.

El borrador se debatió ayer en la comisión de Desarrollo Local, que desde hace un mes está examinando la documentación que servirá de base para contratar la nueva concesión. Se busca que el concurso tenga el mayor consenso posible entre los grupos políticos locales. Tras analizar el pliego técnico del concurso, ayer se inició el debate del reglamento y el punto que más discusión provocó fue el de la titularidad del parque de contadores, precisó el presidente de la comisión, Miguel López, que defendió que el parque pase a ser público para "un mejor y mayor control".

López explicó que se parte de un plazo de 8 años porque es la media de vida útil de un contador. Esto no supone que se tenga que cambiar obligatoriamente pasado los dos cuatrienios si está bien, pero, según detalló el edil de Desarrollo Local, se pretende que el control quede regulado y evitar los desajustes entre la lectura y el consumo real.

SITUACION ACTUAL Actualmente los contadores son de los abonados del servicio. La compañía concesionaria, Canal de Isabel II, advierte al usuario cuando se ha detectado que el contador está estropeado para que lo cambie. No hay establecida una periodicidad como se pretende ahora.

Durante los últimos años se han hecho chequeos para la sustitución de los contadores que no medían bien. En el 2004, en un examen que se realizó en treinta comunidades de vecinos con consumos inferiores a la media, se detectaron errores en el 40% de los medidores examinados. Dicho examen, que posteriormente se amplió a otras comunidades, se hizo al detectarse importantes diferencias entre el agua consumida y la facturada, desajustes que no podían ser solo achacables a fugas.

Si finalmente todo el parque de contadores es de titularidad pública, la propuesta que se maneja para financiar el cambio de los medidores es la siguiente: se parte de un coste medio del contador de 60 euros, que el usuario abonaría repercutiéndolo en la tasa y con un plazo de amortización de ocho años (media de 63 céntimos al mes y 1,26 al bimestre, que es el periodo de cobro de la tasa del agua).

Si el parque sigue siendo como hasta ahora, de cada uno de los usuarios, adquirirían el contador homologado por su cuenta asumiendo el coste del mismo.