A finales del mes de julio se ha publicado el plan rector de uso y gestión de la Zona Especial de Conservación de Los Llanos de Cáceres y Sierra de Fuentes, dando treinta días a los afectados para la presentación de alegaciones. El hecho de que haya que presentarlas en agosto, que, como todo el mundo sabe, es el periodo más propicio para enterarse de las publicaciones oficiales y para la recepción de las notificaciones, indica claramente que la Dirección General de Medio Ambiente no tiene mucho interés en que el personal se entere y haga propuestas para enmendar el texto que sabiamente ´ellos´ han confeccionado, supongo que dando por supuesto que van a tener una oposición frontal por parte de los afectados.

En el texto se reconoce expresamente que "paradójicamente es la vegetación actual, totalmente modificada fruto de las prácticas agrícolas y ganaderas, la que posibilita el asentamiento de unas comunidades de aves únicas por su importancia a nivel internacional" y que "en el conjunto del territorio se desarrolla una actividad económica significativa, siendo la realidad socioeconómica la que ha configurado el territorio que ha mantenido hasta la actualidad los valores naturales y culturales que merecen la pena ser protegidos y conservados ante cambios productivos y de actividad, de manera que se garantice el desarrollo sostenible en todo el ámbito".

Efectivamente ha sido la mano del hombre la que ha hecho posible que la zona sea como es actualmente, y la actividad económica significativa ha venido dada por el interés de los hombres y mujeres del campo en seguir viviendo de una forma determinada, destinando las subvenciones recibidas a mejorar las infraestructuras agrarias en aras a una producción más elevada y de mayor calidad que es perfectamente compatible, como ha quedado demostrado hasta ahora, con el cuidado del medio ambiente y la sostenibilidad de los recursos naturales.

Los agricultores y ganaderos llevan años haciendo los deberes, mejorando infraestructuras, cuidando la sanidad animal, mejorando suelos, sometiéndose a controles rigurosos en la sanidad animal y a controles de calidad por ellos mismos propuestos para que sea posible vivir en condiciones aceptables de la vida en un entorno natural. Y no se trata solo y exclusivamente de una cuestión económica, ya que si fuera así, los propietarios de las fincas, que están aguantando aquí, las habrían vendido destinando el dinero a cualquier otro tipo de inversión mucho más rentable que la hecha en el campo. Los que seguimos aquí estamos porque amamos a nuestra tierra, aun conociendo lo pobre que es en comparación con otras, y queremos que nuestros hijos puedan vivir de ella, si quieren, en las mejores condiciones posibles.

La administración debe dedicar sus esfuerzos a mejorar el entorno y la calidad de vida de los habitantes de estas zonas, incentivando las buenas prácticas, fomentando el conocimiento de estas zonas, arreglando los caminos existentes (dé vuecencia una vueltecita por el corazón de la Zepa y se entera, por ejemplo, de como tenemos la carretera que va de Torrejón el Rubio a Santa Marta de Magasca), dando a conocer la calidad de los productos que aquí se producen y evitando que nuestros campos se queden aún más vacíos de lo que están.

No olviden los gestores de este plan que somos los agricultores y los ganaderos los que seguimos haciendo posible que la fauna y la flora que ustedes dicen tanto proteger siga existiendo. Medio Ambiente ha dispuesto de mucho tiempo para hacer unas normas eficaces que de verdad protegieran el entorno y lo ha desperdiciado, sin que por su parte nadie haya asumido ningún tipo de responsabilidad. Asúmanla ustedes y no carguen contra los sufridos ganaderos mediante un plan rector de uso y gestión de la Zona Especial de Conservación de los Llanos de Cáceres y Sierra de Fuentes que a lo único que se parece es a algún engendro parido en algún laboratorio sociológico de ecologistas de salón.