En materia de seguridad ciudadana, o movilidad ciudadana como se denomina a nivel municipal, Carlos Jurado afronta como uno de sus principales retos el poder llegar a conjugar el ocio y la diversión con el trabajo que de ello se deriva y el descanso de los vecinos.

-- Es difícil controlar el botellón sin enojar a los jóvenes.

-- Así es, pero hay que hacerlo. El botellón en la ciudad está prohibido y no nos queda más remedió que vigilar para que no se haga. Está permitido en el ferial y para que se celebre allí hemos dado todo tipo de facilidades, incluso hemos acondicionado la zona.

-- Una herramienta importante podría ser la ordenanza de ocio aprobada hace unos meses. ¿Cómo está funcionando?

-- Su puesta en marcha ha sido correcta, pero aún es pronto para valorarlo, pues lleva muy pocos meses de funcionamiento. La ordenanza prevé un periodo transitorio de 6 meses, que coincide con el final de año, para la adaptación de los locales a las categorías que se establecen, y hay que esperar a ver como se responde. Ya hay locales que han pedido el cambio de licencia, por lo que parece que hay movimiento.

-- Parece claro que están decididos a hacerla cumplir.

-- Lo vamos a intentar porque creemos que va a ser positiva, aunque desde el principio hemos sido muy claros, tanto con los ciudadanos, con los vecinos, como con los hosteleros, en el sentido de que hemos dicho que esto no va a ser una solución definitiva, que es una medida más. Lo que intentamos con esta ordenanza es que en esta ciudad los empresarios de la hostelería actúen como tales y que cumplan las normas, es decir horarios y condiciones que han de cumplir sus establecimientos, sobre todo si se quieren dar conciertos, como se hace en la mayoría de las ciudades de España. No podemos seguir permitiendo que cualquiera alquile un local y, sin más, sin medida alguna de seguridad ni de ningún tipo, abra un bar.

-- ¿Se trata, en definitiva, de mejorar el sector?

-- Evidentemente. Queremos que el sector de la hostelería en nuestra ciudad gire hacia un ocio de calidad.

-- Pero no basta solo eso, ¿no?

-- Es un paso importante, aunque también es cierto, al menos así lo creo, que la ciudad necesita una zona de expansión, quizá fuera del casco urbano, que dé respuesta a un tipo de ocio más multitudinario, más ruidoso, más joven tal vez, con más franja horaria... algo que debe partir de la iniciativa privada, pues evidentemente un ayuntamiento no puede asumir algo así.