Se ve de lejos que Fernando Antequera está acotumbrado a tratar con niños y adolescentes. Sabe emplear las palabras necesarias y los ejemplos más claros para que los jóvenes comprendan lo que quiere transmitirles, nada más y nada menos, cómo salvar una vida.

Fernando es miembro de Cáceres Ayuda Humanitaria, una asociación que ayer, junto a la empresa Ibercardio, impartió talleres de reanimación cardiopulmonar a los alumnos del Colegio Giner de los Ríos de Cáceres.

Lo primero que ha explicado a los chicos es qué tienen que hacer si encuentran a una persona en parada cardiorespiratoria, «protegeros vosotros mismos y a ella, avisar al 112 y socorrerla», explica Antequera.

Hay que comprobar si la persona respira, realizarle la maniobra frente-mentón para ver si tiene algún elemento en la garganta que se lo impida y, si no hay nada, realizar las maniobras de reanimación.

«¿Conocéis la canción de la Macarena?», preguntaba Fernando Antequera a los alumnos de 1º y 2º de la ESO, «venga, cantad, ‘dale a tu cuerpo alegría Macarena...’, pues ese es el ritmo de las comprensiones, se hacen 30 seguidas, luego 2 insuflaciones, 120 en un minuto». Los chicos reían, pero seguro que ya no se les olvida.

«Al principio, los chavales no prestaban atención, ninguno quería salir voluntario, pero ahora, ponen mucho interés», cuenta Juan Cambero, de Ibercardio, con seis años de experiencia en talleres como el del Giner de los Ríos. Ayer, todos querían salir voluntarios y conocían la historia de los chicos del Norba Caesarina que salvaron a su compañero y la de la chica que la semana pasada hizo lo mismo con una turista en la calle Parras. Muchos, incluso, tenían conocimientos previos de reanimación. Los jóvenes también han podido aprender cómo colocar a la persona en posición lateral de seguridad y a manejar un desfibrilador semiautomático.