Cáceres ha abierto esta semana sus puertas a la futura capitalidad cultural europea tras la elección del logotipo que simbolizará el deseo de la ciudad por lograr esta ansiada meta. El trabajo ganador, denominado ´Abre´, refleja esa voluntad de trabajar por un objetivo común bajo un mismo arco.

El nuevo emblema une, bajo una expresión de conceptualidad, el Cáceres medieval y el moderno, el pasado y el futuro. Lo que ahora se ofrece como una extraña simbología, a medida que pase el tiempo, el logotipo ganará en popularidad; será un dibujo habitual en camisetas, gorras, llaveros o carteles. Ese es su verdadero valor. Serán trazos que reflejen el deseo de los cacereños.

Habrá quien nunca vea en él el Arco de la Estrella, como se ha anunciado; que no entienda jamás su significado; que prefiera el trazo realista sobre la metáfora; pero el logotipo, como tal, permitirá ofrecer otra visión de una ciudad que tiene que romper el corsé que impone la muralla e ir más allá de los aires que marcan el Redoble.

Cáceres ya no es Pintores, Cánovas y la calle Caleros. Lo es también el campus, el auditorio, el parque del Príncipe, Aldea Moret o La Sierrilla. Habrá que sacudirse vanos sentimientos nostálgicos y mirar adelante. Ese será, sin duda, el principal logro de cara al 2016.