Una de las causas a las que los funcionarios atribuyen el fallo de seguridad es la saturación que existe en la prisión, la misma que vive el resto de centros españoles. El número de reclusos en Cáceres ha pasado de 463 hace dos años a 602 que tenía el pasado martes, un 30% más, según fuentes del colectivo de funcionarios. A eso se une que el número de extranjeros ha ido creciendo. Hace dos años la proporción era del 21% de la población reclusa. La semana pasada estaba en un 40%. Las mimas fuentes consideran que la situación puede llevar a una mayor conflictividad interna, aunque esta no se ha incrementado, según la dirección del centro.