Que Andrés Nevado y Felipe Vela, dos de los pesos pesados del equipo de José María Saponi, no se entienden es un hecho que se palpa desde hace tiempo. Este desencuentro, sin embargo, no se había visualizado públicamente de forma tan cristalina como ocurre estos días, tras la sentencia que obliga al ayuntamiento a pagar a una empresa más de 6 millones de euros por la expropiación de dos hectáreas en el parque del Príncipe.

Las discrepancias son más que razonables en cualquier gobierno. Lo ilógico sería que los concejales actuarán al son del ´sí bwana´ sin mostrar, puertas adentro, opiniones documentadas sobre las cuestiones relevantes de la ciudad. Lo que denota que existe una crisis en el equipo de gobierno de Cáceres es que esas posturas enfrentadas afloran, y en un tono nada conciliador.

Políticamente, es injustificable que el portavoz del ejecutivo local dé a conocer un acuerdo de junta de gobierno --el recurso contra el fallo del parque del Príncipe-- y acto seguido su ´compañero´ responsable de Economía le enmiende la plana asegurando en los medios que lo razonable es negociar con los propietarios una permuta de tierras. Si Vela estaba en desacuerdo con lo dicho por Nevado, debiera haber buscado cauces internos para arreglar las diferencias. A no ser que precisamente lo que buscara fuera un puñetazo encima de la mesa con luz y taquígrafos.

El alcalde intenta transmitir que "no hay crisis" pero él sabe que la crisis se ha cerrado en falso. Habrá nuevos episodios.