Este año las rebajas se han precipitado un poco y, pese a la iniciativa de algunos comerciantes por adelantarse al día 28 de junio para dar comienzo a estos descuentos de importantes porcentajes, parece evidente que este año los cacereños se apretarán el bolsillo un poco más.

Alicia, dependienta de la tienda Springfield, en la calle comercial Pintores, una de las primeras en comenzar esta temporada de rebajas, afirma que empezar el día 28 no les ha beneficiado especialmente, puesto que hasta el día 1 de julio no notaron la afluencia de público que esperaban. Además, asegura que las ventas son cada día más flojas, pese a que sus ofertas ascienden hasta un 70% de descuento.

Sobre la crisis asegura que influye, quizás "porque la gente ya está muy acostumbrada a escuchar hablar de ella y se asustan", mientras que en cuanto a la subida del IVA opina que los clientes aún no la han asimilado demasiado.

Por su parte, Ursula, una de las empleadas de la tienda Inside, también opina que las ventas "se han resentido". Achaca esto al verano, que "quizás influye", ya que afirma que las rebajas de esta temporada son más flojas que las de invierno.

También resulta llamativo el hecho de que la mayoría de las tiendas del centro permanezcan cerradas un sábado por la tarde en plena época de rebajas. Frente a esta situación se da una pluralidad de opiniones y es que, mientras algunos comerciantes dicen que un sábado por la tarde no hay mucho movimiento, otros piensan que esto se da por la oferta del centro comercial Ruta de la Plata, que les "quita" clientes al contar con un mayor número de establecimientos.

Mamen y Laura, responsables de Misako, en la calle San Pedro, también afirman que este año las rebajas estivales son más flojas y que el año pasado, por ejemplo, se vendió mucho más. Laura considera que, en su caso, esta situación puede deberse al ser una tienda especializada en complementos.

Pese a los distintos matices y circunstancias de cada establecimiento, parece evidente que el tema de la crisis sigue muy presente en la economía de los ciudadanos, dando muestra de que este desgaste económico puede llegar a ser más fuerte, incluso, que el poder de las rebajas.