Los padres del colegio Diocesano han recibido una carta esta semana remitida por la empresa de autocares que realiza el transporte escolar: "Dejaremos de prestar este servicio. Para nosotros es una decisión dolorosa, pero la situación se ha hecho insostenible debido a los pocos usuarios". Al parecer, según empresarios del sector, no es la primera vez que ocurre. La crisis comenzó hace unos cuatro años por el descenso de escolares y los costes que suponen las exigencias de estos vehículos: unos 2.100 euros al mes (350.000 pesetas). Lógicamente, cuantos menos escolares, más dinero abonan.

Según fuentes de Autocares Blanco, empresa responsable del servicio del Diocesano, los niños cacereños pagan una media de 48 euros al mes por el bus escolar, un transporte que debe tener las plazas justas, cuidadores, puntualidad, comodidad, máxima seguridad... Frente a ello, el autobús urbano ofrece abonos mensuales por 19,50 euros para cualquier trayecto. "Los escolares no van tan controlados, pero es un transporte subvencionado, más económico. Muchos padres lo prefieren, sobre todo si tienen más de un hijo", explican.

UN FUTURO POCO OPTIMISTA

Los empresarios auguran un futuro poco optimista a sus negocios, ya que áreas de trabajo como el transporte escolar tienden a disminuir en muchas ciudades. "En Cáceres, casi todas las empresas de autocares realizan estos servicios", señalan. El problema comienza por la falta de alumnos: "Primero mantienes el precio a la espera de mejores tiempos, pero llega un momento en que pierdes dinero", indican.

Un vehículo de este tipo necesita trasladar a un mínimo de 35 alumnos para ser rentable y ofrecer un precio normal a los padres, pero en el colegio Diocesano no llegaban a 30. El problema se produce en los colegios concertados, donde son las Ampas quienes directamente negocian con las empresas. En los centros públicos la gestión correponde a la Administración educativa.