La lucha del sector del taxi por salir adelante dura ya cuatro años, los mismos que los precios llevan congelados sin que este colectivo haya conseguido equiparlos al incremento del IPC. "Nos hemos gastado más de 250.000 de las antiguas pesetas en que nos hagan dos informes económicos que hemos tenido que presentar para lograr la subida", explican.

Pero el sector se ha cansado de esperar y creer en compromisos de palabra. Quieren hechos y han decidido pasar a la acción con la convocatoria de nuevos paros en el servicio, que se repiten tras los que tuvieron lugar a finales de septiembre pasado antes de que se alcanzara un acuerdo con el ayuntamiento por el que las tarifas incorporarán una subida relativa al IPC de los ejercicios del 2002, 2003, 2004 y 2005. Este incremento servirá, según una estimación del colectivo, para que los tarifas crezcan entre el 10% y el 11% cuando la Junta de Extremadura dé luz verde definitiva a la propuesta, que debe pasar antes por la Comisión de Hacienda.

Crecen los gastos

A la paralización de las precios se une la subida de los gastos que tiene que soportar el profesional, principalmente por la subida del combustible, mantenimiento y seguros de los vehículos. Cerca de un centenar de trabajadores, entre dueños de licencias y asalariados, comen del transporte privado en la capital cacereña. "Este año hemos trabajado prácticamente lo mismo que el año pasado, pero los gastos van a más y las tarifas no cambian", aseguran responsables del colectivo, que denuncian un empeoramiento de la circulación y la competencia del autobús urbano. "Son de las mejores líneas que hay en España", ironiza un taxista, en alusión a que llegan a los barrios más lejanos del centro. "Están a tres y cuatro kilómetros y nosotros no recibimos subvención", añaden.

La problemática del taxi también presenta otros asuntos más delicados como la transmisión y el aumento de licencias. El colectivo cacereña opina que la cifra actual es suficiente para la población existente y pone como ejemplo que, de las 72 licencias actuales, diez tienen que descansar a diario para repartirse el trabajo. "Si lo hacemos todos, no hay trabajo para todos y ganaríamos menos", explican.

El gremio reclama más información al consistorio antes que se tomen decisiones para el sector y recuerda que en Cáceres se está cumpliendo con creces la normativa de adaptación de vehículos. "Estamos a la cabeza en coches adaptados por número de habitantes en España", subrayan.

En cuanto a la transmisión de licencias, el colectivo defiende que se cumpla el reglamento nacional que estipula que éstas puedan seguir en manos de los familiares en caso de muerte del taxista para evitar que pueda salir a subasta. Una polémica que se resolvió con el ayuntamiento, aunque la reiterada petición de subida de tarifas siga en el aire para un colectivo obligado a pasar muchas horas en la calle día y noche.