Un cacereño de 29 años ha sido condenado por la Audiencia Provincial de Cáceres a cuatro años de prisión por un delito de receptación y un delito contra la salud pública.

A finales de enero del año 2003 José Pedro Martín Pascual, cacereño de 29 años residente entonces en la localidad de Moraleja, cambió a un politoxicómano un ordenador portátil robado por medio gramo de heroína, "pese a saber la procedencia ilícita del aparato".

Según recoge la sentencia, la noche del 30 al 31 de enero de dicho año, M. G. P. robó el aparato, que fue valorado en 1.500 euros, en las oficinas de la Compañía de Aguas de la localidad antes citada, "y sabedor de que Juan Pedro Martín Pascual, alias cara gorda, se dedicaba a la venta de sustancias estupefacientes, se puso en contacto con el mismo y le entregó el ordenador portátil a cambio de medio gramo de heroína".

Un mes después, concretamente el 3 de marzo, la policía entró en el piso que el acusado tenía alquilado en Moraleja, donde intervino dos pastillas de éxtasis y 1.042 euros, así como una pastilla de hachís en la palanca de cambios de su vehículo, "utilizado habitualmente por José Pedro Martín y preparado expresamente para ocultar estupefacientes con habitáculos acondicionados a tal fin e inapreciables a simple vista".

Juan Pedro Martín Pascual, a quien le constan antecedentes penales --el Juzgado de lo Penal de Plasencia le condenó en marzo del 2001 por un delito de robo con fuerza en las cosas--, fue detenido y acusado de un delito de receptación y de otro contra la salud pública, por los que ahora ha sido condenado a un total de cuatro años de prisión.

Por los hechos antes relatados fue juzgado el pasado día 11. El tribunal le ha considerado culpable de un delito contra la salud pública, por el que le ha condenado a tres años de prisión; y de otro de receptación, por el que le impone un año.