Cinco miembros de la Asociación Pro Cubana, con sede en Cáceres, aunque es de ámbito regional, acaban de regresar de la isla, "un viaje de 2.500 kilómetros para conocer la realidad" del país, explica Andrés Talavero, miembro del colectivo. La imagen que "muchos tienen no es real, no es un país tercermundista, tiene carencias, pero son por el bloqueo", añade Manuel Cruz, miembro de la asociación.

La experiencia del viaje servirá para las actividades que tiene en proyecto el colectivo, como la segunda semana cubana en Cáceres, que se celebrará unos días antes de la cumbre de países iberoamericanos del día 15 de octubre en Salamanca, y que tiene, entre otros objetivos, que se asista a Salamanca para protestar contra el bloqueo.

Pero la actividad principal de la asociación es, además de los proyectos de desarrollo, concienciar sobre la necesidad de terminar con un bloqueo "que no se entiende", dice Cruz, que lamenta que muchos se queden con el estereotipo, "con esa imagen de los alrededores de los hoteles", cuando es un país "con un alto nivel sanitario y educativo". La diferencia, además de las necesidades causadas por el bloqueo, es "que allí no se da el consumismo tan atroz que hay en Occidente, es verdad que no hay posibilidades a causa del bloqueo, pero eso no significa que las necesidades básicas dejen de estar cubiertas".

Su estancia en la isla coincidió con el huracán Dennis, "y nos sorprendió la organización, la transparencia, con información constante de lo que ocurría", comenta Talavero, que incide en la necesidad de una mayor ayuda internacional a los países del Caribe porque "los huracanes son cada vez más frecuentes" y los daños causados por el último huracán "han sido de 14.000 millones --de dolares--, con unos daños que ahora obligan a la reconstrucción". Cruz incidió en la necesidad de una mayor colaboración de la región, y dijo que en el caso de la Junta "hay mucho en la teoría, pero la verdad es que no se aporta tanto".

Ha sido un viaje "en el que hemos convivido con ellos, son gente solidaria, y lo poco que tienen lo comparten", explica Talavero. El objetivo ha sido "entender la realidad de Cuba", asegura Cruz, que en lo político "aunque no es una democracia como se entiende en Occidente, sí es una democracia que parte desde abajo, con la elección de cargos" en los distritos, y con representantes "que deben rendir cuentas cada dos meses". "La revolución no termina con Fidel".