El comerciante cacereño Damián Bermejo, propietario de las tiendas Dayma, se jubila tras 50 años dedicado a la moda. Desde hace días su tienda de la calle Pintores, que montó hace 22 años, está vacía. De aquel Dayma solo queda el establecimiento del centro comercial Ruta de la Plata, pero detrás del mostrador ya no está él.

--¿Se va con pena?

--Siempre se siente un poco de morriña, porque esto lo he creado yo, es mío y siento mucho el dejarlo, pero hay que dejar sitio a los jóvenes. Aunque me jubile no estaré fuera de ello, no puedo romper tajantemente.

--¿Le ha costado decidirse?

--Sí claro, siempre cuesta, pero he pensado en que si lo hacía podría dedicarme más a otras cosas, y esas cosas lo compensan.

--¿Qué cosas hará ahora que antes no podía hacer?

--Estar con mi mujer, con mi nieto y con mis hijas, porque por mi trabajo no he sido todo lo padre que tendría que haber sido. También a pintar, a leer y a escuchar música. Hace mucho comencé a estudiar en la escuela de Bellas Artes, pero tuve que dejarlo. Ahora quiero retomarlo porque siempre he sido un apasionado de la pintura, pinto desde que era un crío, recuerdo cómo hacía los carteles de cine en la escuela en Salamanca.

--¿Han seguido sus hijas también su saga?

--No, ellas tienen otras salidas y yo estoy muy orgulloso.

--¿Cómo fueron sus primeros pinitos en esto de la ropa?

--Mis primeros pinitos fueron en farmacia, pero en la ropa empecé a los 15 años ayudando a unos amigos en Salamanca, al principio como aprendiz, luego hacía escaparates, compras a proveedores,... Después vinieron a buscarme unos empresarios de Cáceres.

--¿Cómo vestía la gente hace cincuenta años?

--Las modas son ciclos, hace poco volvieron las chaquetas de cuatro o cinco botones, pues eso era lo que llevaban los caballeros entonces. Era exigible ir con traje y corbata. Lo que sí ha cambiado mucho es el colorido, antes no se veía a un señor vestido de rosa.

--¿Cómo recuerda a los clientes cacereños de aquel entonces?

--Antes pedían más asesoramiento. Eran más indecisos.

--¿Asesora en la manera de vestir a su familia?

-- Sí claro, muchas veces les digo ¡dónde vas con eso!

-- ¿Cuál es su color de ropa favorito?

-- El azul, pero no sabría decirte por qué, aunque siempre que tengo que elegir prefiero ése.

--¿Le han llenado estos 50 años de profesión?

-- Por supuesto, he tenido un trabajo que me ha permitido disfrutar, viajar, conocer a gente. Pobrecito de aquel al que no le guste el trabajo.

-- ¿Qué le diría a un joven que está empezando en esta profesión?

-- Luchar, luchar y luchar, que no se rinda y que esté siempre al 120 por ciento.

--¿Cuál es su mejor recuerdo de todos estos años?

-- La mejor lotería fue que mi mujer saliera de una enfermedad muy grave. Fue muy difícil compaginarlo, pero hemos salido de ello. Y lo más reciente el nacimiento de mi nieto, que ha sido una bendición.