"Albert Einstein tenía veinte trajes todos iguales. De este modo no tenía que perder el tiempo innecesariamente pensando en qué ponerse", sentencia Angel a la puerta del colegio público Dulce Chacón mientras espera a que salga su hijo. Los padres de este centro se hallan inmersos en un debate para decidir si sus pequeños usan uniforme para ir a clase a partir del próximo curso. De implantarse finalmente el atuendo, sería el primer colegio público de la ciudad que lo haría. La medida no sería, sin embargo, obligatoria, dado el carácter público de la escuela.

La idea ha partido de un grupo de madres que han realizado una encuesta entre el resto de los progenitores. El resultado es, según afirman, que existe una opinión muy favorable a la implantación del uniforme.

La directora del centro, Pepi Salas, confirma que el debate se ha trasladado al consejo escolar. "Tras la encuesta comprobamos que la mayoría de los padres estaban a favor. En el consejo se ha hablado del tema, pero al no estar en el orden del día, no se ha votado", explica. Pese a ello, los miembros de este órgano han decidido dar luz verde a los trámites y la próxima semana habrá una asamblea con todos los padres para adoptar una decisión definitiva y consensuada.

Salas recalca que, aunque se apostase por el uniforme, los padres que no estén de acuerdo no están obligados.

A favor y en contra

En opinión de las madres que realizaron la encuesta y de la propia Salas parece que la medida va a prosperar. Carlos, padre de un alumno, defiende que es mucho más cómodo: "Tendremos menos quebraderos de cabeza. Un par de uniformes y listo, no hay que pensar en qué se les pone a los niños. Y si los rompen, no me preocupa tanto. Su madre lo va a tener mucho más fácil".

David opina que el traje común es más barato y Eva considera que, además, al uniformar a los niños "se evita la competición que existe entre ellos por la ropa de marca.

También hay padres que dicen no al uniforme para sus hijos. Ana indica que los niños ya tienen personalidad para decidir qué se ponen. "Claro que existe competencia por las marcas, pero es la misma que existe fuera del colegio, se tienen que ir acostumbrando", concluye.

Carlos, otro padre, y su mujer también están en contra. Dicen que les parece pasado de moda, que los tejidos que se eligen son muy feos y anticuados. "Lo único que quieren muchos padres es que este parezca un colegio privado", señala. "Además, creo que el uniforme parece de otro siglo, es sexista, ¿por qué no se va a poder poner mi hija unos pantalones o unas mallas?", añade su mujer.

Esta preocupación por la estética la comparten también algunos padres que están a favor del uniforme. "Sí pero con condiciones", apunta José Antonio. "En primer lugar, que no sea solo una tienda la que tenga la exclusiva de la venta, ya que luego ponen precios muy elevados" y, por supuesto, que las niñas no tengan que llevar falda de tablas. En invierno hace frío y se tienen que poner esas medias tan feas...", añade María.

Pepi Salas confirma que la decisión sobre el modelo de uniforme se tomará también de forma democrática por los padres en asamblea. "Además, las madres que han realizado la encuesta tienen previsto que las niñas puedan llevar pantalón", explica.

La responsble quiere dejar claro que la dirección del centro es absolutamente neutral y que el consejo ha convocado la asamblea porque es una gran mayoría la que han respondido favorablemente en la encuesta.

De aprobarse la medida, el Dulce Chacón sería el primer colegio público de Cáceres en el que los niños lleven uniforme. En el curso pasado ya se intentó que los alumnos llevaran todos el mismo chándal para las clases de educación física, aunque no se realizó encuesta previa ni se decidió en asamblea. La medida no entusiasmó. Solo algunos padres lo compraron. El principal inconveniente fue el precio. Por el mismo dinero se podían comprar mejores prendas y de marca.