El debate en la comisión municipal de Urbanismo para la aprobación inicial del nuevo plan general, la norma que diseña el Cáceres del futuro, comenzará la próxima semana cuando aún falta por poner en marcha un 30% del plan en vigor. No obstante, ese porcentaje que resta está integrado por los sectores más alejados del casco urbano y con una baja densidad edificatoria o por los que son de difícil ejecución. En ambos casos, la nueva normativa los retoma y los incluye entre las primeras zonas por donde se planifica la expansión urbana para un periodo de 20 o 25 años. Sin embargo, un 70% de cumplimiento, con al menos 7.500 viviendas en desarrollo, es un porcentaje muy aceptable para un plan aprobado hace seis años.

El plan general en vigor ponía suelo (entre urbano, urbanizable y urbanizable sin programa) para más de 20.000 casas, de las que 14.000 están en marcha en diferentes fases de ejecución, aunque menos de la cuarta parte están ya construidas (La Cañada y varias promociones del Rodeo y Perú o del primer sector de Montesol). A esto se añaden los cambios que sufrió el plan general a raíz de la Ley de Fomento de la Vivienda (Ley del Kilómetro) que supusieron otras 2.500 viviendas, que se ejecutaron con más rapidez que las propias planificadas en el plan en vigor.

Cáceres tiene 40.000 viviendas entre el casco urbano consolidado y los polígonos desarrollados en la última década (R-66, Nuevo Cáceres, Fratres, los sectores de La Mejostilla, Vivero, Cabezarrubia y Castellanos). Actualmente hay en ejecución, o que se iniciarán en unos meses, 7.500 viviendas entre los nuevos polígonos en suelo urbanizable (Montesol, Ronda, Maltravieso, Casa de Plata, Nueva Ciudad y Vegas del Mocho) y urbanizable no programado (Vistahermosa). La cifra sube con todo lo que se edifica en suelo urbano (Rodeo, Perú, Infanta Isabel, Refugio...), o que está en la fase anterior a su inicio, con más de seis mil viviendas, de las que parte están ya construidas y de las que hay 2.000 de una única intervención: el poblado minero, que están pendientes de iniciarse y cuentan con consulta de viabilidad ratificada por el ayuntamiento.

El cumplimiento del plan general en vigor en los suelos urbanos y urbanizables es casi pleno. Falta por empezar el poblado minero y en suelo urbano sólo han quedado sin desarrollar parcelas de Aldea Moret, además de otras menores. El urbanizable, que es el que está marcando la expansión de la ciudad a corto y medio plazo, se ha completado a excepción del sector 2.5, con más de mil viviendas previstas y que tiene el inconveniente de que su desarrollo está condicionado al traslado de las naves comerciales de la margen derecha (en dirección a Cáceres) de la carretera de Mérida, un problema que se intenta solucionar con el nuevo plan general.

El nuevo plan vuelve a plantear que el área industrial que está situada entre Aldea Moret y la carretera de Mérida desaparezca en favor de la creación de un eje urbano de actividad, en el que entraría el sector servicios, que es el mayoritario en los negocios instalados en esta zona, pero adaptado a un eje urbano en una vía que se pretende convertir en un bulevar con dotaciones y zona verde.

En suelo urbano se proyectaron 7.300 viviendas, y más de 6.000 se han desarrollado. De los nueve sectores en suelo urbanizable con 7.700 viviendas, ocho se harán con más 6.500, cifra que se acerca a las 7.000 con las modificaciones introducidas en algunos de los nuevos sectores para, manteniendo la edificabilidad, aumentar la cantidad de pisos. En los suelos urbanos y urbanizable, el cumplimiento es superior al 80%.

OTRO TIPO DE SUELO El cumplimiento del número de viviendas proyectadas es muy inferior a la mitad en los suelos urbanizables no programados, circunstancia previsible, ya que estos terrenos quedaban como reserva y en muchos casos con una densidad muy baja, que de haberse desarrollo podía condicionar el futuro diseño de la ciudad a largo plazo. El nuevo plan elige algunos de estos suelos para la expansión de la ciudad en una primera fase. Es el caso de las 48 hectáreas que hay entre Macondo y Las Capellanías, que ahora sólo tienen una densidad de 6 viviendas por hectárea, o de las más de 40 de la prolongación de La Mejostilla, ahora con una densidad de 8 viviendas por cada 10.000 metros cuadrados.