Nadie conoce mejor a los mayores cacereños como Puri Campos. Psicóloga de profesión, tuvo que jubilarse de forma anticipada por un problema físico y no dudó en formarse como voluntaria para temas municipales: turismo, museos... Puesto que siempre se había implicado en la ayuda a los demás, la concejala de Asuntos Sociales, Marisa Caldera, le pidió que echara una mano en la Casa del Mayor. Lleva dos años al frente del taller de manualidades y ayuda en todo cuanto es necesario. «Entré con miedo, no sabía cómo me iban aceptar porque yo siempre había trabajado con niños, pero estoy encantada, me siento estupendamente allí», confiesa.

Ahora sabe que ha tenido la «gran suerte» de convivir con los mayores. «Son maravillosos, están abiertos a todo y se muestran especialmente cariñosos y muy agradecidos, una virtud que han perdido otras generaciones», afirma. «Yo me siento una más entre ellos, porque somos los demás los que tenemos mucho que aprender de la tercera edad; en el taller, por ejemplo, nos enseñan técnicas que, de no transmitirnos, con ellos terminarían. Y cuando se ponen tristes les digo que no hay penas, que aquí estamos para convivir y pasarlo bien», relata Puri.

En cualquier caso los mayores se vienen muy pronto arriba. «Hay alumnos de más de 80 años con una actividad que ya quisiéramos todos». Porque ellos no demandan tanto como a veces pueda pensarse, «solo necesitan cariño, estar con otras personas, pasarlo bien y sentirse útiles, justo como los demás», subraya Puri. Es verdad que cada cual tiene su carácter y sus experiencias, «pero saben convivir, saben compartir, son educados y se ayudan mutuamente, valores que deberíamos aprender».

Y sobre todo no paran. En la Casa del Mayor se suceden las clases de gimnasia, dibujo, pintura, fotografía, bolillos, memoria, patchwork y por supuesto nuevas tecnologías (móviles, redes sociales...), que se desbordan. «Este año hay más de 400 alumnos. Por ejemplo en el taller de manualidades hemos pasado de 15 a 35 para no dejar a nadie fuera», explica la voluntaria. El próximo paso consistirá en la apertura del nuevo Salón de Baile. Están deseando. No podía ser de otro modo.