El tribunal del jurado ha declarado por unanimidad a Juan Carlos Barra Quintanilla culpable de asesinar a su padre y a su madre el 17 de marzo de 2013 en su domicilio en el residencial Gredos de Cáceres.
El jurado ha considerado probado que disparó primero a su padre, luego a su madre y que al ver que el padre no moría le remató con un cuchillo.
La Fiscalía y la acusación particular, que representa a sus cinco hermanos, han solicitado la pena de 38 años de prisión, mientras que su abogado defensor ha pedido la pena mínima que establece 30 años de cárcel.
El acusado convivía con sus progenitores y esa noche había consumido marihuana y cocaína, pero el jurado, tras los informes forenses, han considerado que sus capacidades cognitivas y volitivas sólo estaban afectadas ligeramente, como ha sostenido la fiscal desde el principio.
Tras la escucha del veredicto de culpabilidad, el abogado que ha defendido los intereses de los hermanos, José Galán, ha manifestado que aunque "están satisfechos con el resultado la pérdida es irremplazable" y ha lamentado que "ni siquiera al final haya pedido perdón por el crimen que cometió".
A los largo de un día y medio que ha durado el juicio testigos y peritos han confirmado que cuando fue detenido el acusado confesó los crímenes y que se hallaron restos de pólvora en su ropa y sus huellas en el arma.
El acusado había vuelto a convivir con sus padres tras divorciarse de su mujer y carecer de trabajo e ingresos.
Durante el juicio se ha apuntado que el acusado "tenía un fuerte resentimiento hacia sus padres, a quienes culpaba de sus situación de dependencia" por no querer el padre contratarle en la empresa familiar por problemas de falta de dinero en el pasado.
Por ello, en la madrugada del 16 al 17 de marzo de 2013 el acusado, "tras consumir alcohol y cocaína", llegó a casa de sus padres y "decidió acabar con la vida de estos".
Para ello, se fue al garaje a por una escopeta de caza y entró en el dormitorio del padre, que se hallaba despierto, y "le disparó en el abdomen", luego se fue al dormitorio de la madre y "le disparó en la cabeza".
Al ver que el padre seguía con vida, continúa el escrito, se fue a la cocina a por un cuchillo de grandes dimensiones y "le asestó dos puñaladas en el cuello".
A continuación cogió 5.400 euros que había en la casa, procedentes de la recaudación de la empresa, y huyó a la localidad de Zafra, donde fue detenido gracias a las intervenciones telefónicas.