TEtste diario ha reseñado las lamentaciones de los propietarios de los comercios e industrias de hostelería afectados por las grandes pérdidas que están ocasionando las obras de remodelación de la Plaza Mayor que obligará a muchos de ellos a cerrar. Lamentablemente, la idiosincrasia de los cacereños (abúlicos, indolentes e inactivistas) ha motivado que el ´parto de los montes´, el proyecto estrella del 2016, como así era vendido a los cacereños, ha derivado hacia la ruina y degradación de un sector de la ciudad que ya venía languideciendo por sí mismo.

Los autores del proyecto intramuros nos ´vendieron la moto´ como la panacea que lo cura todo. El proyecto intramuros es un invento para justificar 6.000.000 de euros del que algunos han sacado o sacarán buena tajada. Cuando hacíamos referencia en párrafos anteriores a la idiosincrasia de los cacereños, nos queríamos referir a que ninguno de los que hoy están afectados por estas obras levantó su voz contra un proyecto cuya iniciativa y redacción se sustentaba sobre decisiones políticas de dos antiguos ediles (un tránsfuga y otro del PSOE) y un técnico urbanista.

La plataforma de empresarios que hoy pide conocer la marcha de las obras debió en su día de interponer un interdicto de obra que las paralizara hasta no conocer la verdadera dimensión de las mismas. Tiempo de ejecución y valoración de las supuestas pérdidas de las que hoy se lamentan.

El ciudadano no tiene que estar sometido a los caprichos de unos gobernantes que están demostrando una y otra vez su ineptitud. Cuando los ciudadanos son conscientes de que se proyectan obras que no tienen justificación y que pueden contribuir al deterioro de la ciudad, como la destrucción de parques o jardines, el ciudadano responde.

Ahí tenemos un ejemplo claro de como los vecinos de la calle José Luis Cotallo nos opusimos rotundamente a un proyecto de párking en el Parque del Príncipe, cuando se podía habilitar, y de hecho se habilitó, una zona de aparcamiento al aire libre. Con nuestra decisión opositora se contribuyó a que no se cortaran o talaran especies arbóreas únicas en el parque y, por otro lado, contribuimos a ahorrar a las arcas municipales un montón de ´pasta´ que al fin y al cabo iba a salir de nuestros bolsillos.

Esperemos que los que nos consideramos afectados por las obras que se pretenden en la Plazas de San Juan y Plaza de la Concepción sepamos responder ante las palabras demagógicas que con motivo de estas obras pronunció Carmen Heras cuando dijo: "Estas obras son fruto de lo que tantos ciudadanos nos han pedido". ¡Falso!.