La dehesa es un ecosistema propio de los países del sur de Europa, sobre todo de la península ibérica, formado por porciones de terreno destinadas al pasto del ganado, a la actividad cinegética o a la producción de productos del campo como la leña, el corcho, etc.

Surge de la mano del hombre al eliminar parte del arbolado quedando pastos y matorrales que junto a las encinas, alcornoques y otras especies lo convierte en un territorio con variada actividad económica y una gran biodiversidad.

Las dehesas se desarrollaron en el avance de la Reconquista, cuando los ganaderos locales vallaron sus fincas para defenderse de los rebaños trashumantes. La palabra dehesa proviene de la latina «defesa», que significa terreno acotado o defendido por los Concejos y los particulares para el aprovechamiento de sus productos naturales.

Extremadura, según los últimos datos que se conocen, tiene una superficie adehesada de más de un millón doscientas mil hectáreas, con más de un 75% de propiedad privada, existiendo en la actualidad dehesas boyales, que son terrenos comunales, de propiedad pública administrados por los ayuntamientos, para que todos los ganados del vecindario puedan pastorear libremente, normalmente toros, vacas, cerdos, ovejas y cabras.

Ya hemos dicho que las dehesas surgen en la Edad Media, pero vamos a analizar qué pasaba en el término de Cáceres. En primer lugar, señalar que era del Rey, y por su concesión del Concejo Cacereño, del común de todos los vecinos.

Era el Concejo el que lo administraba, se encargaba de su conservación y fijaba las normas para el adehesamiento temporal de los productos: casca, corcho, bellota, caza, pesca, colmena, etc., pero era solamente el Rey el que tenía la potestad para convertir un terreno en dehesa y acotarlo.

Cuando el Rey concedía un coto, siguiendo a Floriano Cumbreño, libraba un Mandato a sus súbditos quienes ellos o sirviéndose de «apeadores» hacían la delimitación del terreno mediante acta de amojonamiento.

Al principio ni el Concejo ni los particulares sintieron la necesidad de realizar un adehesamiento permanente de ninguna parte del término; pero al nacer la Mesta en el año 1273, auspiciada por Alfonso X, empezaron los graves problemas con los concejos por donde pasaban al señalar las cañadas reales por donde discurrían y pastaban los rebaños mesteños.

La primera dehesa que estableció el Concejo de Cáceres, aproximadamente en el año 1270, fue la Zafra del Salor; con posterioridad se acotó al oeste del término la Zafrilla. El Rey encargó a Alfon Duran y a Rodrigo Yannes su delimitación. No tenemos ningun documento que acredite estos primeros adehesamientos, salvo noticias en documentos posteriores. (Continuará).