Posee una casa en la calle Nidos, pero vive de alquiler en otra porque no puede soportar los malos olores por la suciedad ni los ladridos constantes de los perros «sin cuidar» de su vecino de la planta baja. «Lo he denunciado a la Junta y al ayuntamiento, que incluso vino a tomar fotos del patio de este señor», relató ayer Rita Ojea, dueña de un piso de la primera planta del bloque 15 de la vía que, como otros residentes de la calle, se queja de los olores hediondos que provienen del patio del bajo. «El hombre no saca nunca a los animales; así lleva años. Cuando vengo, no puedo abrir la ventana porque el olor es insoportable y salen una cantidad de moscas... Tiene que haber hasta sarna», explicó Rita.

Ella y otros vecinos han denunciado la situación a la policía local y a la patrulla verde, pero siguen sin recibir solución. «Hay varios perros encerrados todo el día. Anoche estuvieron un rato dando en la puerta y ladrando, llorando...», desveló Rosa, otra vecina que confiesa que algún día le ha dado comida a los animales a través del buzón «y se mataban por ella». Rosa asegura que el dueño del bajo «no está nunca en casa» y «los perros viven en la indigencia». Este diario comprobó ayer, desde la casa de Rita, los olores nauseabundos que emanan del patio interior del bajo, debido a la basura acumulada.

No obstante, el inquilino, con el que consiguió hablar ayer este periódico, aseguró que hoy mismo comenzará a limpiar la vivienda y que la abandonará el próximo 21 de junio debido a una orden judicial.