El corazón de Cándido, como el de María, el de Manuel y el de otros cuatro cacereños, vuelve a latir con fuerza. Todos han sufrido infartos de miocardio. Se sentían débiles, con menos ritmo, como sus dueños sentían cierto temor por no saber cómo podría afectarles a partir de ahora el esfuerzo. La respuesta se la ha dado un equipo de profesionales del Servicio de Cardiología del Hospital San Pedro de Alcántara y de la Facultad de Ciencias del Deporte que, de forma coordinada, han desarrollado un programa pionero en España "que ha tenido unos resultados espectaculares", comenta, Javier Barca, profesor de la facultad.

"El tema de la rehabilitación cardiaca está reconocido dentro del Plan Regional de Salud como algo prioritario, pero no se ha desarrollado, y es por ello que, como plan experimental, decidimos llevar a cabo este proyecto de ´Bioantropología, actividad física y enfermedad cardiovascular´, que ha dado unos resultados tan buenos que nos gustaría que se pudiera continuar", señala Barca.

Ha funcionado, siete cacereños infartados, seis hombres y una mujer de entre 45 y 65 años, han realizado "con éxito" el programa de rehabilitación cardiaca ideado por Javier Barca y el cardiólogo José Javier Gómez Barrado, en el que ha participado un equipo de 12 profesionales de la medicina, la educación física, la psicología y la nutrición.

Resultados y continuidad

Durante tres meses los pacientes han acudido a la facultad donde, dentro de un ambiente de seguridad y rigurosidad, han combinado el tenis con una serie de ejercicios físicos, de flexibilidad, elasticidad..., y también con estudios dietéticos, de apoyo psicológico, "pues uno de los problemas que plantea el infarto es precisamente la ansiedad, el miedo e incluso la depresión", que les han hecho mejorar, a ellos y a sus corazones. "La respuesta ha sido magnífica en todos los pacientes y en todos los sentidos, pues han mejorado su condición física, de forma espectacular, y también su dolencia".

Realmente, comenta Cándido Correa, "esta experiencia ha sido muy interesante y buena, tanto para nuestra recuperación física como también para aprender a vivir con la enfermedad, a saber como cuidarnos sin agobiarnos". Es una opinión que comparte Manuel Ballesteros, médico de Zarza la Mayor y afectado por un infarto que destaca, sobre todo, la capacidad que les ha dado este programa "para superar los miedos, para estar más seguros a la hora de realizar ciertos esfuerzos. Ha sido muy beneficioso".

Por su parte, Barca destaca del resultado el haber podido comprobar como con una correcta aplicación de programas de actividad física, con un seguimiento y control, las zonas del músculo del corazón afectadas por el infarto se pueden ver recuperadas; el hecho de que "todo el equipo está de acuerdo en que es necesario incrementar la rehabilitación cardiaca, tanto intrahospitalaria como extrahospitalaria".

En este sentido señala que, con la consolidación del grupo, están en una línea de absoluta predisposición para asumir esta tarea, "nos gustaría constituirnos --se refiere a la Facultad de Ciencias del Deporte de Cáceres-- como centro de referencia para poder prescribir el ejercicio que cada paciente necesite, extendiendo la coordinación a los centros de Atención Primaria; ser este un centro de referencia para validar y prescribir los programas".