Vecinos de la barriada de Aldea Moret han recibido con los brazos abiertos la noticia del derribo de las perreras y chabolas ilegales instaladas en el barrio de Las Palomas, La Abundancia y el entorno del Cerro de los Pinos --ayer ya podía verse toda esa zona limpia--. Estas demoliciones que comenzaron el pasado día 23 de julio, suponen una primera fase de la operación municipal, la segunda fase será la destrucción de las construcciones de la calle Malpartida, situadas debajo de la pasarela que une La Cañada con Aldea Moret.

FALTA DE HIGIENE Los residentes de la zona se encuentran completamente satisfechos con esta decisión del consistorio "el derribo de las perreras era necesario" porque aseguran que las perreras suponían un "foco de infección" y daban una "mala imagen del barrio porque olía muy mal". Otros se quejaban también de la "falta de higiene" en la que han tenido que vivir los animales durante muchos años, "los tenían allí para hacer peleas nocturnas", aseguran muchos vecinos.

Sin embargo, a pesar de la alegría de que el paisaje chabolista desaparezca de una vez por todas de la zona, algunos recapacitaban y se preguntaban dónde irían a parar ahora estos animales --en las perreras no solo había perros, sino también gallos y caballos--. "Si los han echado de allí para dejarlos en la calle no me parece bien, estos animales necesitan un sitio donde vivir", se quejó a este diario uno de los vecinos residente en la zona, Ceferino Mariscal.

Desde el comienzo de las tareas de limpieza se han tirado cerca de 40 chabolas, algunas de ellas presentaban claros símbolos de haber sido habitadas por personas. De hecho, en un solo día los operarios de la empresa Conyser encargados de la limpieza de la zona retiraron 20.000 kilos de chatarra y 30.000 de basura y escombros, repartidos en 15 camiones.

Ya solo queda el desalojo y destrucción de las ocho chabolas de la pasarela de La Cañada, aunque esta operación será más complicada por encontrarse dentro de una cañada real, lo que que convierte esta zona en suelo protegido de titularidad de la Junta. Una vez derribadas todas estas construcciones el consistorio cacereño extremará la vigilancia para evitar problemas mayores de chabolismo.