La distribución de las muertes en el periodo 1990-2002, años de funcionamiento del Instituto Anatómico Forense de Cáceres, demuestra, según su director, José María Montero, un descenso en la actividad pericial del instituto y, por tanto, de las investigaciones judiciales que se hacen sobre muertes violentas o sospechosas de criminalidad. Montero matizó que en los primeros años "la actividad era mucho mayor", lo que se demuestra con la evolución de cifras, "pues estamos en unos niveles de en torno a 30 casos menos al año, y además sostenida en los últimos cuatro años". Montero se refirió también, brevemente, a la creación del Instituto de Medicina Legal, que valoró como muy positivo, "pues redundará, sin duda, en un mejor aprovechamiento de los recursos disponibles y en una mejora sustancial de la calidad del trabajo".